lunes, 29 de octubre de 2012

Artículo de 20 de abril de 2012 (Recuperado)

Dentro de la estructura académica y burocrática de la Universidad del Cauca, apolítica en cierto modo, este triunfo, quizá fue inesperado en sus cálculos. Para quienes tienen una mirada más amplia en el panorama político del Cauca y conocemos de cerca a Juan Diego Castrillón, su elección la teníamos como previsible, en el contexto del reducido cónclave en que se realiza; sólo nos equivocamos, de cabo a rabo, en el voto del gobernador, quien ha continuado dando señales de falta de coherencia política, con su propio partido (la ASI; obra como si no lo fuera). Juan Diego, a parte de ser un académico bien formado, desde la antropología y el derecho, con los máximos títulos del currículum universitario, en las modalidades de Doctorado y Postdoctorado, realizados en Estadado Unidos, la meca no sólo del capitalismo, sino de la academia y del pragmatismo, es además notable político de carrera, con representación en cuerpos colegiados como la Asamblea Departamental, de la cual fue Presidente. Su militancia comunista, es apenas un inri de juventud. Juan Diego tiene la capacidad natural o, más bien el don de gentes de entenderse con cualquier facción política o ideológica, en mayor medida si se trata de conservadores y liberales que de izquierdistas, donde es más complicado el liderazgo, porque en cada líder anida una larva de dictador. Si no estoy mal, en Estados Unidos lo acogió durante su exilio una comunidad religiosa. Creo que esa virtud diplomática que lo caracteriza la debe a su formación antropológica, la cual relativiza y valora de modo diferente nuestra posición en las organizaciones y en los diferentes contextos sociales. En consecuencia, Juan Diego, es más un comodín para resolver problemas que un obstáculo para el sistema. Desde este punto de vista él, militante de la ASI, se encuentra en una posición política estratégica; necesariamente los líderes políticos locales y nacionales deben tenerlo en cuenta, de la misma forma que lo hacen con Jesus Piñacué, vehículo de apoyo nacional  a su candidatura; también gran valor político, intelectual y moral de nuestro país, bajo cuyo liderazgo las etnias indígenas del departamento del Cauca se han consolidado como una fuerza política fundamental en el destino de este departamento.
Sabemos que la elección rectoral en las universidades colombianas es política, lo cual va en detrimento de su autonomía y de su calidad intelectual, porque, aparte del presupuesto mínimo de funcionamiento carecen de otros recursos que les permitan su modernización sobre la base de una total independencia. Por lo tanto, en estas circunstacias, las Universidades no pueden ser ajenas al juego político, como ninguna institución en el país, porque de lo contrario se aislarían de los recursos que podrían ganar para sí. Es un mal necesario, hay que reconocerlo, del cual no se puede prescindir, mientras las universidades no tengan completa independencia académica y presupuestal. Damos por sentado de buena fe que lo que está con juego son los apoyos electorales, llegado el momento, y no los puestos de la universidad sin criterios académicos. Respecto a esto confiamos en la sentatez y visión del nuevo Rector, cuyo fin ante la comunidad civil y académia es posicionar la Universidad del Cauca en el ámbito nacional y , ojalá, internacional, misión complicada en las actuales condiciones de funcionamiento con operarios académicos transitorios. Respeccto a esto nos enfrentamos a algo paradógico:  Danilo Vivas, indudablemente, hizo crecer la universidad, desde el punto de vista democrático, en cuanto la sacó del perímetro local, posibilitando un mayor acceso a la profesionalización y dejó una excelente planta física para estrenar, en el area de Tulcán, sacrificando, creo, la estabilidad económica del gremio docente, en cuanto a la carga prestacional. Pero, es necesario reconocer también que respecto a la dotación tecnológica, el mejoramiento de la calidad académica y la investigación a fondo, no se avanzó gran cosa. Es decir, hubo un crecimiento cuantitativo, más no cualitativo. Este es el gran reto para el nuevo Rector.
El Grupo Sapies Research (Ranking U-Sapiens 2011-1- editor@sapiensresearch.org.)  ubica a la universidad del Cauca en el puesto 13, entre las universidades colombianas públicas y privadas . Esta posicíón es el punto de referencia  para la gestión de Juan Diego Castrillón. ¡Ojalá se centre en lo realmente importante! y visibilice intelectualmente a la Universidad en lo  sustacial, no en el maquillaje.

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