jueves, 31 de octubre de 2013

Recordando a Poe - ERARIO - Daniel Lasso Casas






COMENTARIOS:


  • Dario Noguera la conocí, me encantó. También tuve el placer de conocer a tu hijo, gran muchacho, con mucho talento, sobre todo, con mucho que decir, que es más importante...

    Sofia Picon De acuerdo con Dario.


  • Omar Lasso Echavarría Eduardo Rosero Pantoja <eduardoroseropantoja@gmail.com>: Omar:

    Qué hermosura de cuadro. Por favor resérvame uno, por ese precio y lo escoges tú mismo,
    a tu real saber y entender. Lo recibiré a mi primera visita a Popayán. Un abrazo para ti y
    pàra Daniel a quien felicito de corazón.
    Tu amigo,
    Eduardo.

    Omar Lasso Echavarría Gracias Eduardo. Con muchos gusto. Daniel se alegrará. Un abrazo. Omar.

    Omar Lasso Echavarría Eduardo Rosero Pantoja <eduardoroseropantoja@gmail.com>: Bueno Omar, con mucho gusto. Elige un cuadro que para nada me recuerde la semana santa, ni la Edad Media. Necisitamos remozarnos con la imagen, con las palabras, con los usos y costumbres. Un abrazo.
    Eduardo.

    Omar Lasso Echavarría Hernán Torres <anthropoetics@gmail.com>: Hola Omar:
    Infórmame por favor sobre la ilustración "Erario" - cautivadoramente brillante en su simbólica sordidez - y también acerca del aventajado joven artista. Con mis mejores deseos,
    Hernán.

  • Omar Lasso Echavarría rodrigo valencia <rvq12@hotmail.com>: Excelente cuadro. Muy buena adqusisión. Ahora es un erario en manos de Donaldo, quien podrá especular en torno a esa fantasía...

    Omar Lasso Echavarría rodrigo valencia <rvq12@hotmail.com>: Creo que lo hará, a su debido tiempo. vendrá Poe desde el otro mundo, dirá las palabras que ahora son secretas.

    Omar Lasso Echavarría Donaldo Mendoza <donaldomendoza1953@hotmail.com>: Me llamó la atención ese cuadrito, lo asocié con el Escarabajo de oro de Poe. Poe es el responsable.
    Pensé también que a esa edad es cunado un gesto solidario es oportuno y necesario; pero no me ha pasado por la cabeza escribir sobre la obra.

    Omar Lasso Echavarría Horacio Dorado Gómez <horaciodorado@hotmail.com>: Apreciado Omar:
    Sea lo primero, felicitarte por la obra artística de tu apreciado hijo. Te ruego enviarme una breve biografía de tu hijo y la foto en buena resolución de las obras que haya producido para publicar en la página literia del próximo domingo. Ojalá pudieras hacerlo mañana mismo.
    Tu amigo de siempre,

    Sofia Picon OMAR, espero atiendas el deseo de mi profesor, persona que recuerdo y quiero.
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Vinimos del menospreciado Sur antes del terremoto de 1983 persiguiendo un sueño intelectual. Preferimos este bucólico lugar al Norte Vallecaucano, donde habíamos iniciado estudios de Derecho. Sin embargo, optamos por venir acá a ejercitar la meditación filosófica en vez del alegato jurídico. Nuestro equipaje material era escaso; en cambio, traíamos el espíritu cargado de energía juvenil a prueba de obstáculos y ciego a las contingencias del futuro. Para este proyecto ahorramos durante un año de trabajo en la Secretaria de un colegio de provincia. Sabíamos trabajar, teníamos imaginación y en ello confiábamos. Acá experimentamos de todo, primero solo, luego en compañía de mi hermano Herney, a quien traje a estudiar Geotecnología en la Unicauca y con quien compartíamos mi crédito de Icetex. Al comienzo sufrimos la "expulsión" de un buen nicho en casa de un párroco que hizo fortuna en la Unión y vivía en matrimonio de hecho con una paisana, ambos grandes amigos de nuestra familia, con buenos servicios a ellos prestados. Luego sobrevivimos en covachas del barrio Bolívar; una vez en casa de un mecánico alcohólico adicto al guarapo de calabazo; otra, en una casa patriarcal, multifamiliar, donde había un perro por familia, formando juntos una jauría que nos acosaba como a intrusos. Varias veces empeñamos o vendimos objetos personales para suplir urgencias; sufrimos el "paquetechilenazo" al cobrar nuestra primera mesada de Icetex; padecimos el trabajo nocturno de doce horas en la Recepción del hotel Los Balcones con no pocos estigmas de servilismo, el cual culminó un día que el patrón nos puso de patitas en la calle después de haberle hecho un justo reclamo. Recuerdo aquella ocasión, por la anécdota de lo que ocurrió al final, la cual hoy me mueve a risa (El contundente diálogo fue el siguiente; -Don Carlos: "Estás despedido, no me servís; por la tarde vienes para liquidarte". Al regresar, después de recibir mi cheque hablé para agradecer. Dirigiéndome a la encargada de la recepción, María Teresa, le dije: Por favor dele mis agradecimientos a Doña Stella (esposa de Don Carlos) y a Carlos Andrés (hijo), porque se han portado como personas". Entonces, el viejo se estremeció bruscamente, sacudiéndo el cuerpo y manoteando, con intención de venirse encima de mi. "Si pues, y yo soy un hijueputa... Nooo...! Con pasos rápidos, en instantes, me puse a salvo en la calle, donde sentí la reconpensa de la libertad y el alivio de una espina bien arrancada en un último lance de dignidad. Tiempo después venía a Macondo; en el fondo era buena persona, algo cascarrabias, como seña de identidad del popayanejo promedio con algún poder.

LA SUERTE MEJORÓ EN EL HOTEL CAMINO REAL, a donde llegamos cuando apenas iniciaba labores, para estacionarnos por casi ocho años, con terremoto de por medio. Esta experiencia nos permitió crecer en todos los aspectos, entre crisis existenciales y lúcidos hallazgos que avivaron a los geniecillos escondidos. Sin embargo, la preocupación por ser alguien terminó moviéndonos el banco de la resignación. Las preguntas no tardaron es desgranarse una tras otra. ¿Qué hacer ante la proximidad de la peligrosa edad de Cristo? "El empleo oficial es para los patojos" (sentencia de Don Víctor Mosquera Chaux, cuando nos atrevimos con un colega de estudios de Neiva a visitarlo para una recomendación requerida por el Sr. Salomón, director de la oficina de Alfabetización). Sólo quedaba el comercio, territorio amplio y libre, dispuesto plenamente a la iniciativa personal. Otra pregunta ¿Cuál negocio? Respuesta: el que más guste y mejor se conozca. !Eureka! LIBROS... Fue el comienzo de Macondo Libros Arte y Tertulia (año 1987). La pequeña cesantía se transformó es una valiosa cajilla de libros que trasteaba todas las mañanas desde hotel Camino Real a la facultad de Humanidades. Por algún tiempo mantuve la triple actividad: estudio, recepcionista de hotel y librero. En pocos meses mi caja de caudales había aumentado significativamente.

LA EXPERIENCIA DEL HOTEL FUE GENIAL. Aprendimos a sortear toda clase de dificultades como sub capitán de barco ante "foráneos y patojos". A veces nos plantamos con valor en defensa de los intereses del hotel ante avivatos que con artimañas o cuentos de apellidos ilustres querían dormir gratis o pasarla rico con tarjetas reportadas en el boletín de data crédito.

EL HOTEL CAMINO REAL, CON SU BARSITO Y SU AFAMADO RESTAURANTE Y SUS HONORABLES DUEÑOS, EDGAR SIMMONDS TRUJILLO Y AMPARITO PULIDO DE SIMMONDS E HIJOS, ANA MARIA,  EDGAR Y DANIEL SON LO MÁS CATIZO Y REPRESENTATIVO DE LO MEJOR DE POPAYÁN, TANTO DEL PASADO COMO DE ESTE PRESENTE QUE VIVIMOS. Ellos se mantuvieron incólumes ante la devastación del terremoto; nunca abandonaron la ciudad. Por el contrario, abrieron un restaurante, al Norte, llamado El Rancho, mientras reconstruían con fervor el hotel averiado. Uno de mis cocteles de Macondo se inspiró en un suceso de la taberna, en el que un hombre ya maduro le "torcía el cuello de cisne" a una  damita con tres Tom Colis. Me refiero a mi Glasnost, cuyo ingrediente principal es el vodka... "bebida de la transparencia, de la voluptuosidad o trampa de la seducción: uno libera el verbo, dos liberan el cuerpo, tres liberan el alma, cuatro, más allá del bien y del mal, cinco, cita con eros”. Macondo nos hacía sentir patojos, hasta la médula, de lo mejor, de lo más querido. Una vez engullido el negocio por la vorágine de internet hemos vuelto a la nada, cumpliéndose la predicción de Luz María Vernaza si yo cerraba: "… Omar perderá vigencia, decía". Efectivamente, no han valido 17 años de trabajo inspirador, ni haber conocido y tertuliado con lo mejor de la cultura nacional, local y visitantes extranjeros, ni haber animado a la Generación Poética Post Terremoto, ni ser mencionado en el periódico parisino Le Mond, ni haber sido incluido en un libro sobre librerías culturales del mundo editado en la ciudad de Lille, Francia; sin contar las bellas columnas periodísticas escritas por amigos de Macondo. Nada de eso, ni lo escrito (cuento, ensayo, poesía), ni tener esposa patoja e hijos patojos. Ello no  bastó para ganar un rincón de aprecio entre los patojos. Seguimos siendo "los de otra parte", no aquellos que generosamente nombra Gustavo Wilches, sino los menospreciados de Marco Antonio Valencia Calle, quien siendo Secretario del Bicentenario, ya nos había excluido de la Biblioteca de Autores Caucanos, en el año 2012. PERO UDS., MÍSTER SIMMONDS Y AMPARITO PULIDO DE SIMMONDS, ESTÁN EN LO HONDO DE NUESTRO CORAZÓN, SIENDO LOS ÚNICOS QUE EN ESTA BELLA CIUDAD NOS BRINDARON UNA BUENA OPORTUNIDAD LABORAL, A LA CUAL PROCURAMOS RESPONDER CON ENTEREZA Y LEALTAD.
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Justo decir, antes de partir a nuestro reino de ficción, Foranelandia, que  fuimos atendidos en nuestras querellas públicas y peticiones ciudadanas por la actual administración de Popayán, en cabeza de su Alcalde, Francisco Fuentes, sus secretarios Guillermo Céspedes, Víctor Fuli y Horacio Dorado, a pesar de la lentitud de los procesos burocráticos y la confusión de normas a que nuestra legislación nos tiene  acostumbrados.

Al final hemos terminado creyendo en la buena fe de la actual administración que, como todas, heredan problemas viejos.  A veces nuestra desesperación e impaciencia encendió el lenguaje. Sin embargo, fuimos  analíticos y coherentes. Nuestros artículos sobre ciudad comenzaron a finales de la administración Navia, a quien le entregamos en una reunión comunitaria el documento "Decadencia del Centro Histórico", boceto sobre el cual desarrollamos el ensayo "Popayán hoy: una ciudad sin horizontes de identidad",   dado  a conocer a través de las redes sociales  y la Gaceta Proyección del Cauca. Sobre esta  base los escritos acerca de las problemáticas de nuestra ciudad se sucedieron intensivamente, por lo cual nos cabe alguna participación en los intentos de ordenamiento de la ciudad. Ante todo, creemos haber frenado en algún grado la escalada a Zona Rosa del Centro Histórico con proliferación de establecimientos nocturnos que afectan la tranquilidad  de sus residentes, quienes aportan calidad de vida y evitan, con su presencia activa, que fuerzas negativas descompongan socialmente este importante sector de la  ciudad. Aun así, la amenaza de evolucionar a antro nocturno sigue latente, por lo que se requiere la permanente vigilancia de ciudadanos, alcaldía y policía. Ahora un nuevo optimismo nos embarga; como ciudadanos retirados de los centros de poder percibimos señales que nutren esta esperanza.

Falta mucho en el tema de la informalidad ambulante. Hay que ampliar las posibilidades de reubicación, haciendo  valer las determinaciones tomadas; en especial cuando los vendedores ambulantes  tienen puestos de ventas asignados en otra  parte, caso de los revendedores de la carrera 5 con calle 3, quienes poseen localidades  en la galería Bolívar.  Las medidas que se tomen al respecto deberían reforzarse con campañas cívicas para educar y acostumbrar a los ciudadanos a  no comprar en la calle; algunos rótulos esquineros ayudarían.

La peatonización del Centro ha mejorado un poco la calidad de vida. Debe complementarse  con la creación de condiciones  para  un repoblamiento residencial del Centro Histórico, en vista de que el comercio y las oficinas no logran copar la capacidad urbanística.Al paso del tiempo apreciamos la modificación del Parque Caldas como un  acierto, por las  posibilidades que su extenso espacio libre ofrece a eventos feriales  de toda clase. Obervamos con beneplácito el buen uso que se le da de continuo.

Hoy avizoramos cuál podría ser el destino del Centro Histórico, no solamente como centro administrativo, educativo y cultural, sino como lugar predilecto para la instalación de las llamadas  Industrias Culturales en su oferta diversa  y la realización de eventos y  convenciones regionales y nacionales. En consecuencia,  es necesario mejorar la infraestructura hotelera y turística, darle vida a los museos, mediante estrategias novedosas que complementen  los tours guiados, combatir  el ruido diurno y nocturno. Y, ¡Ojo! no olvidar los sitios retirados de algún interés, como la Capilla Neogótica Nuestra Señora de la Merced (En el barrio San Camilo) y el Museo Efraín Martínez, entre otros.

A propósito del desempleo, uno de los caminos para atacarlo es, ya no cabe duda, la realización de eventos sociales de toda clase y talla: municipales, departamentales, nacionales y mundiales. Vemos que ellos mueven la economía de servicios y colateralmente vitalizan el comercio. Desde esta perspectiva sea bienvenida la idea de Popayán Ciudad Convención. Toda iniciativa que convoque a municipios, departamentos y países producirá buenos dividendos sociales para nuestra ciudad. Éste debe ser un propósito de prioridad: traer a  Popayán cuanto evento sea posible y gestar otros con propósitos diversos. De tal manera que eventos como el ya consagrado Festival Gastronómico son un ejemplo magnífico.

En el proceso de construir cultura queda pendiente un tema mayúsculo: urge a Popayán, ciudad tradicionalmente culta, tener un Centro Cultural Integrado, con biblioteca incorporada, que aglutine la lectura, las artes y el encuentro social, con cafés de apertura hasta media noche. Ahora cuando están de moda las instalaciones de grandes superficies, modelo impuesto por los supermercados, ya no basta la bibliotequita, el teatrito, la pequeña galería artística, etc., aislados. Es indispensable el componente agregado de cierta magnificencia arquitectónica. El lugar indicado y estratégico para dicho proyecto sería el Centro Comercial Anarcos, con su manzana completa. Por esa vía se resolverían, también, otros problemas del comercio informal y la calidad de vida de esta pujante pero deprimida zona. Habría que incluir un gran parqueadero subterráneo  (porque no es posible desterrar este estilo de vida moderno). El Centro Comercial Anarcos quedaría mejor ubicado, por su contenido y calidad de ventas, en la Galería La  Esmeralda, la cual se podría adicionar  a la  galería Las Palmas, ampliada y mejorada. Por su  envergadura,  este proyecto debe perfilarse  a largo plazo. Sería uno de los caminos para restituir  la grandeza del Centro Histórico como punto gravitacional de Popayán, epicentro de la administración, la cultura y la inteligencia.
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Popayán hoy. PENSAMIENTOS DE UN VALIOSO PATOJO UNIVERSAL


wilches dosPor Gustavo Wilches Chaux
@wilcheschaux
Desde que tengo memoria Popayán ha sido siempre una ciudad turbulenta (entre turbo y lenta, dirán las malas lenguas). Y por supuesto, ha sido así desde muchos años antes de que yo tuviera memoria, de que yo existiera.
Basta recordar el papel que desempeñó Popayán en la Independencia y después, en el primer siglo de la llamada República. De la enorme cantidad de levantamientos, “pronunciamientos”, revueltas y guerras civiles que hubo en Colombia en el Siglo XIX, no pocos fueron liderados por popayanejos y/o enfrentaban entre sí a popayanejos: turbulencias locales salpicando al resto de Colombia. Muchos de cuantos hoy se reconocen como “próceres”, en ese entonces, de haber existido la palabra, habrían sido denominados “terroristas”. Y muchos, por esa razón, perdieron la cabeza, tanto en el sentido metafórico como en el más textual de las palabras.
Entre las turbulencias del siglo XX una que nos marcó a quienes en ese momento ya teníamos uso de razón, fue el terremoto del 31 de Marzo de 1983. Tras la conmoción inicial que sumió a la ciudad en el caos destructor, se logró re-encauzar la turbulencia hacia el caos positivo y se generó una dinámica con pocos precedentes: comunidades organizándose para consolidarse como sujetos sociales a medida que con sus propias manos levantaban sus casas; instituciones del Estado coordinándose entre sí (como nunca en condiciones “de calma”) para apoyar procesos de recuperación no solamente de la ciudad física sino, especialmente, del sentido de ser y de pertenecer, de la emoción de identidad, de la berraquera de la vida.
Popayán hoy, protagoniza nuevas y omnipresentes turbulencias. Ya había escrito alguna vez que si antes Popayán posó de ser una ciudad “europea”, nunca como ahora había sido tan merecedora de ese adjetivo. Porque quizá una característica común de las capitales de los antiguos imperios europeos –Londres, Paris, Madrid, Roma, etc.- es que los habitantes de sus antiguas colonias se han volcado sobre ellas. Son ciudades multiétnicas y pluriculturales, para ponerlo en términos de la Constitución colombiana. Y si esa fue, de alguna manera, una particularidad de Popayán que la diferenciaba de otras ciudades cuyos habitantes eran más homogéneos, hoy esa característica se encuentra para fortuna exacerbada.
Durante demasiadas décadas Popayán le había dado la espalda al resto del Cauca, lo que equivale a decir que no había reconocido que su principal riqueza era la de ser la capital política de ese territorio donde la biodiversidad en todas sus acepciones, se expresa de la manera más exuberante posible. Los popayanejos nos mirábamos el ombligo y mirábamos hacia Europa y luego hacia los Estados Unidos, pero sin detenernos a entender y a saborear las escalas intermedias, inclusive las más inmediatas. A lo mejor por estar allí, todos los días a la mano, el valor de la diversidad se había vuelto invisible.
Por distintas y en algunos casos bien conocidas circunstancias, que no es del caso analizar en este momento, familias, en especial gente muy joven, de las diversas regiones del Cauca, se han volcado sobre Popayán en los últimos años. Quizás nunca como ahora, porque la gente de las regiones la siente como suya, Popayán es hoy la verdadera capital del Cauca.
Con alguna frecuencia oye uno “culpar” de esa turbulencia multicolor que revitaliza las calles y aviva los espacios, a “la gente de otra parte”. Hay quienes incluso, con cierta amargura, identifican como punto de quiebre al terremoto: “esto se llenó de gente de otra parte”.
Me atrevo a asegurar, porque viví de cerca esos procesos, que si bien a Popayán llegó un número importante de personas atraídas por la falsa ilusión de la bonanza sísmica que se encargaron de inventar y difundir los medios, la mayor parte de las familias que en ese momento conformaron “los asentamientos”, era popayanejas. La nuestra era una de las pocas ciudades colombianas –si no la única- que no tenía grandes zonas tuguriales, pero no porque no existiera la pobreza extrema, sino porque esta se llevaba de manera silenciosa, oculta en el hacinamiento. Una gran cantidad de las casas “unifamiliares” que se destruyeron en el terremoto, eran sobre-ocupadas por varias familias. Allí aprendimos que los desastres son eficaces removedores del maquillaje con que las sociedades disimulan sus máculas, sus cicatrices mal sanadas, sus deficiencias, sus arrugas.
La gente, antes hacinada, salió a solucionar por sus propios medios el problema que durante décadas el Estado había sido incapaz de solucionarle. Quienes en ese momento éramos Estado (CRC, SENA, BCH, ICT, Caja Agraria, etc.) entendimos la esencia del proceso auto-sanador y nos dedicamos a apoyarlo.
Pero volvamos a “la gente de otra parte” con la necesaria pregunta de ¿qué es, dónde queda, “otra parte”? Muchas de las personas de Popayán que me regalan algo de su tiempo para compartir estas notas, tienen con seguridad sus raíces cercanas o remotas en “otra parte”. Incluido yo, que me considero patojo fututo. Además, en Bogotá, donde hoy vivo, soy “de otra parte”, a pesar de que a medida que voy entendiendo ese territorio y que contribuyo en algo a que otros lo entiendan, también me voy volviendo parte de esa “otra parte”. ¡Con cuántos compañeros “de otra parte” trenzamos lazos de fraternidad en los años universitarios y de cuántos de ellos podemos afirmar que se volvieron patojos!
Francamente no me angustia que en las calles haya tanta gente que ni yo conozco ni me conoce (además porque también hay mucha que yo sí conozco y que sí me conoce y que convierte cada salida a hacer una diligencia en una experiencia de afecto, un masaje para el alma).
Hace un par de días me estaba haciendo embolar en el Parque Caldas. El ilustre-y-lustre era un muchacho de Villavicencio y me contaba orgullosos que su esposa estaba esperando bebé y que muy probablemente iba a nacer popayanejo.
La turbulencia del parque tenía como música de fondo los altoparlantes de un espectáculo organizado por la Gobernación con una escuela de baile para niños y niñas de distintos colegios. Al ritmo de esa música un mago del balón –que muy seguramente es de otra parte (puedo equivocarme)- hacía acrobacias junto al sabio Caldas, quien lo observaba desde su eterna reflexión interior con la forma exterior de una paloma posada sobre la cabeza de la estatua.
En medio de la corriente multicolor y multidireccional  de espaldas descubiertas, de pantalonetas y otras prendas antes imposibles por razones culturales y climáticas, de morrales y tatuajes, pasaba con regular frecuencia alguno de esos “popayanejos de antes”, sin duda alguna leyéndole a otro sus poemas y preparándose para oír los poemas del otro.
De pronto anunciaron los altoparlantes que iba a cantar Piero. Yo pensé que se trataba de algún imitador o del algún cantante joven que hubiera tomado ese nombre en atrevido homenaje al argentino. Pero no: era Piero, el original, el único, el clásico. Ese cuyas canciones, cuatro décadas atrás, oí tantas veces en una grabadora de casetes, sentado con mis amigos en esas mismas bancas ergonómicas, durante largas e inolvidables trasnochadas (en algunas de las cuales amanecíamos, como hoy, con la Luna en las calles).
Oír allí a ese cantante “de otra parte”, tan arraigado en el corazón de los que somos de esta parte, me hizo reafirmar la convicción de que esa turbulencia remasterizada que es el Popayán de hoy, es tan maravillosa como el Popayán de otras épocas. Como el Popayán que existe en el corazón de todos los patojos que, de manera temporal o permanente, estemos físicamente en otras partes, pero que nunca vamos a sentirnos “de otra parte”.
Seguramente pasarán varios años antes de que Popayán haya sido capaz de asimilar totalmente la buena energía que le aportan esos flujos migratorios. Tenemos que aprender a surfear en esa turbulencia, para que no corramos otra vez el riesgo de desperdiciarla.
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REQUISITOS PARA VIVIR EN FORANELANDIA

Antes debo aclarar una imprecisión  en mi anterior artículo ("Exiliados en Foranelandia"). No es correcto hablar de exilio  porque no se trata de un país para acoger perseguidos de diversa índole, refugiados por motivos de guerra ni desplazados a causa de las múltiples violencias dentro de los Estados. Foranelandia tampoco es un país para menesterosos y desheredados de los bienes de la tierra. Se trata del más grande país que haya existido jamás, no como mera utopía, en la historia humana, tanto por su poder alcanzado, de lo cual se ufana, sino, principalmente, en cuanto equilibrio social, intensidad vital y cualificación humana logrados en sus ya seis décadas de existencia.   DICEN QUE ALLÁ HAN AVANZADO MUCHÍSIMO; TANTO ASÍ QUE COMPARAN A NUESTRA HUMANIDAD, LA POR NOSOTROS VIVIDA Y SUFRIDA, CON LA RESERVA AFRICANA DEL SERENGETI, CON ÑUES DEPREDADOS, LA EN MAYOR PARTE Y UNA MINORÍA DE DEPREDADORES (LEONES, TIGRES, PANTERAS, HIENAS, ETC.).

A continuación paso a dar respuesta a las inquietudes planteadas por algunos interesados en conocer detalles sobre la prueba practicada por la OMMH (Organización Mundial para el Mejoramiento de la Humanidad), como requisito de  admisión a su País Experimental llamado Foranelandia. Lo omití adrede, intentando practicar cierta humildad, al considerar que la egolatría, común en nuestro medio, tendenciosa y vacía, allá debe ser mal vista, sin detenerme a pensar que en algunos casos está bien legitimada en el curso de la vida, como algo ganado y no heredado,  excepto, en nuestro caso, de algunos valores  tales la honradez, el esfuerzo y el afán de avanzar, correspondientes a  una genética social inscrita en la tradición familiar.

En pocos instantes nuestros temores desaparecieron, ya que no se inquirió por el origen, los apellidos, los vínculos sociales y políticos nefástamente cargados de influencias y recomendaciones. Tampoco nos preguntaron por nuestra ideología y creencias religiosas; no importó la raza, el color o la talla corporal. En el encuentro con los representantes de la OMMH no afloró ninguna  traza de connotaciones xenofóbicas. Sin duda habrían sido suficientes las lecciones de dos naciones poderosas: una positiva, la de Estados Unidos, país construido con sucesivas migraciones; la otra negativa, de la Alemania nazi y su sueño racista de pureza aria. Por el contrario, en Foranelandia están a  favor de una humanidad universal diversa en formas, colores, contenidos y procedencias. En consecuencia, durante la selección se dejó de lado toda referencia a la exterioridad  elemental y superficial. Solamente se debió responder a una única pregunta, descompuesta en sus matices:  ¿QUIEN ES? O ¿QUIENES SON?, tratándose de núcleos familiares; por lo cual se entiende: 1.- La edad, 2.- Salud corporal en su integridad vital, 3.- Ocupaciones, pasadas y presentes; lo cual debe ser corroborarle, sin valer  argumentaciones retóricas. A manera de ejemplo, y por solicitud hecha  transcribo nuestras respuestas, disculpándome con antelación por alguna suspicacia egolátrica.

Madre: 45 años, pedagoga de formación, "escribiente nominada" de la Rama Judicial; rasgo personal dominante: orientadora psicosocial; salud: 98% buena.
Padre: 48 años; filósofo de formación; habilidades múltiples: manuales, mentales y sociales; oficios: librero-bibliotecario, programador digital empírico, diseñador de objetos y escritor en proceso; Salud: 98% buena.
Emilio (hijo): 22años; Ingeniero en Automática Industrial y Especialista en Petróleos; experiencia en mantenimiento de software; salud: 98 % buena.
Daniel (hijo): 20 años;  postulante a Diseñador en Artes Graficas, Pintor Digital; experiencia: dos pequeños contratos con un empresario de París y  una exposición artística.
Sebastián (hijo): 15 años, estudiante de último grado de bachillerato, tenista de campo con dos finales y un campeonato en su haber.

Tres aspectos fueron determinantes para nuestra admisión:  1.- La salud física y mental, sin taras genéticas (buena herencia de nuestros antepasados campesinos de vida plena en naturaleza) 2.- El desarrollo cognoscitivo y 3.- Una vida familiar y social sana y equilibrada.

Finalmente, dos acotaciones  relevantes  para habitar Foranelandia: 1.- Tener  un propósito vital de cambio a mejores formas sociales de organización; 2.- Interés por lo novedoso. Lo cual conlleva voluntad de adaptación y vocación de aprendizaje. La adaptación puede llegar a exigir grandes esfuerzos a quienes están acostumbrados a formas de vida rígidas, encerradas en patrones tradicionales inamovibles. En cambio, será ágil para aquellos  habituados al desarraigo, a través del cual han aprendido habilidades de convivencia con extraños. Sin embargo, allá por fin dejarán de ser extraños cuando el espíritu comunitario de alta calidad los acoja en su cálido seno.
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EXILIADOS EN FORANELANDIA

Voluntariamente nos hemos exiliado, quiero decir nuestro núcleo familiar, en Foranelandia, país de la OMMH (Organización Mundial para el Mejoramiento de la Humanidad), fundado después de la Segunda Guerra Mundial; una linda oportunidad para gente de nuevo pensamiento que quiera ponerse en la punta de la civilización.

Apenas nos han esbozado las características de este novedoso país experimental, del cual aun no conocemos sus coordenadas geográficas; solamente sabemos que posee mar y tierra, para nuestra alegría; que por tierra está rodeado de un cordón montañoso inaccesible, razón por la cual el ingreso se efectúa a través de vía marítima, aunque no en barco sino en avión especial que aterriza en un portaviones próximo a sus costas. También se nos ha informado sobre su territorio y población, promediados a la media de los países existentes, no tan extenso para ser atendido eficientemente ni tan poblado que llegue a generar conflictos de convivencia. La autarquía es su meta fundamental, como también el máximo desarrollo en todos los campos (social, económico, político, recreativo, cultural, científico y tecnológico, etc.), no mediante obligación forzada, sino gracias al constante estímulo en condiciones apropiadas.

Por el momento, apenas hemos formalizado nuestra admisión ante su filial en Colombia (las hay en todos los países integrantes de la OMMH). Tal protocolo es supremamente estricto, teniendo en cuenta el interés mundial que ha fincado las esperanzas en otro modelo de humanidad. De cierta manera se intenta crear un microcosmos con las mejores cualidades, en un ambiente "controlado" pero sin sacrificar la "libertad" (las comillas son indispensables para evitar asociaciones ya conocidas y asignar nuevos contenidos a los términos).

En nuestro curioso afán algunas ideas de la idiosincrasia de dicho país se han filtrado hasta nosotros. Por ejemplo, allá no se practican conceptos tales los de Nación, Patria e Himno Nacional, lo cual sin embargo no hace débil el sentido de pertenencia, que verdaderamente se nutre de contraprestaciones altamente positivas entre los individuos y la administración pública. La Historia tampoco se maneja como asunto "de Verdad", sino a modo de relato literario; de manera similar, las ideas religiosas forman parte del imaginario estético; sus habitantes expresan sus recónditos sentimientos y pensamientos mediante carnavales sobrios u orgiásticos; porque, necesario es decirlo, la desinhibición en Foranelandia también es componente principalísimo de la cultura, a través de representaciones, bailes y creaciones artísticas. Sin embargo, no debe asumirse por ello que se ha alcanzado el ethos de lo que, en una época, fue el sueño hippy; Foranelandia no es una asociación política para la búsqueda del nirvana; su base conceptual preserva la naturalidad tradicional, lejos de extirpaciones artificiosas; asi por ejemplo, a la par de la libertad existe el contrapeso de la sanción, en forma de separación y reeducación; aunque toda reincidencia en asuntos graves se paga con la eliminación, de modo indoloro por su puesto, pero sin dramatismos morales.

Por fortuna, hemos cumplido el perfil exigido en la modalidad de núcleo familiar. Lo más crítico fue la edad de los cabeza de familia; sin embargo, todavía nos resta tiempo laborable para aportar y ganar las atenciones a nuestros años finales; aunque se nos advirtió que la vida adulta en Foranelandia nunca llega al estado de postración; su meta está condicionada al más elemental límite activo, físico o mental, para no lastimar la dignidad humana. De lo cual se colige que la eutanasia es consentida para estados extremos de gravedad. Vale anotar, aunque esté demás, que la protección de la vida no es un asunto abstracto que se embolate en argumentaciones bizantinas; el rasero es totalmente práctico e invoca el sano y elemental sentido común. Se parte del concepto clarividente de que la vida es lo que está en el mundo, rodeándonos en el ambiente que todos compartimos de modo fáctico; no interesan los momentos "pre" y "pos" de la existencia, los cuales corresponden a la subjetividad. Tampoco sobra anotar que la máxima norma filosófica, política y cotidiana a la que todos están sujetos es la plenitud del bienestar colectivo.

Por unanimidad consentimos en la idea de esta aventura, bajo el supuesto tranquilizador de un posible retorno en caso de inadaptación. Como corolario de ello salta a la vista la ausencia de una imposición autoritaria. Aun habiendo emigrado definitivamente de Foranelandia, por decisión propia, se da por sentado el cumplimiento, en alguna medida, de parte de la misión de la OMMH, en su cometido de imprimir cambios positivos en la humanidad tradicional, cansada de conflictos y contradicciones sociales.

Nos empujan grandes ideales. Mi esposa anhela desplegar su poderosa personalidad educativa al servicio de los adolescentes. Emilio quiere expandir su vida y sus talentos tecnológicos; Daniel sueña integrarse en grandes proyectos de diseño y ocupar su tiempo íntimo en el juego de formas simbólicas; Sebastián espera hallar un ambiente socialmente exquisito, practicar su tenis de campo y ejercitarse en la argumentación jurídica; por mi parte espero involucrarme en procesos imaginativos que hagan las delicias de mis semejantes. Este es el tamaño de nuestro equipaje y a la vez único pasaporte a Foranelandia, país que vislumbramos con su entorno de ensueño.

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Popayán hoy. ALCALDÍA DE FUENTES AHORA EN PLENO MOVIMIENTO

En nuestros cortos desplazamientos del Centro a la Periferia, observamos una profusa y dinámica actividad de recambio de la infraestructura de alcantarillado (En el Norte, por la zona del estadio Ciro López; en la carrera 4, Centro; en la Carrera once y calles aledañas; en la Calle 8, sector Villamarista y empedrado; Tramo en la antigua estación del ferrocarril, etc.) . Esta vez registramos complacidos a una Alcaldía en pleno movimiento. Lo bueno para destacar es cierta agilidad en abrir, poner y cerrar los túneles abiertos, considerando las muchas obras que se realizan de forma simultánea. Hemos visto laborar a la peonada y descansar a la hora del almuerzo o el refrigerio. ¡Qué hermoso es ver a un pueblo ocupado en el trabajo¡ El método utilizado de trabajar por tramos es excelente ya que no paraliza por completo el transporte ni el comercio; se aprendió la lección de la carrera 3 durante la administración Navia, cerrada alrededor de un año. Sin embargo, Navia tiene el mérito de haber comenzado a preocuparse por la malla vial, dejando algunas buenas obras. La administración Fuentes ha retomado esta tarea inaplazable de mejorar la infraestructura urbana; un esfuerzo necesario y loable que desafía algo la popularidad debido a las incomodiadades que se ocasiona y a la quejumbre injustificada de muchos, pero absolutamente responsable desde el deber ciudadano, que aboca las prioridades de su ciudad. Es el comienzo de la transformación positiva de Popayán. Luego, sin duda vendrá el arreglo de la carrera 5, resquebrajada y partida a lo largo de su trayecto y la puesta de la capa asfáltica. Cuando se ven obras los impuestos no duelen. Esta ciudad con exceso de politiquería, ha permanecido por muchos años abandonada al saqueo. Ojalá estos primeros pasos de eficiencia nos enrrumben por el camino del buen gobierno que ponga a nuestros mandatarios en los primeros renglones entre los mejores burgomaestres del País. PRETENDER SER MÁS RICOS ES LO COMÚN; LLEGAR A SER LOS MEJORES: UNA EXCEPCIÓN DE GLORIA Y DIGNIDAD.
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EL CRECIMIENTO ECONÓMICO MUNDIAL: TRAMPA DEL BIENESTAR

Paradojas del crecimiento económico capitalista: 1.-Aumento y polarización de la desigualdad,  2.- Superpoblación , 3.- Guerra social, 4.- Estado súper autoritario, 5.- Debilidad de la democracia, y  5.-Deterioro del planeta. 
Son consecuencias de la despiadada competencia capitalista impulsada por  la Banca Mundial con el FMI (Fondo Monetario Internacional) a la cabeza, principales beneficiaros. La GLOBALIZACIÓN es su hija; tiene el propósito de convertir al mundo en una plaza de libre mercado para uso de las potencias industrializadas, por vía triple: 1- Exportando sus manufacturas y productos agrícolas transgénicos; 2- Explotando nuestras materias primas; y 3- Trasladando la contaminación de sus empresas,  con empleo barato, a los países pobres. Resultado: AUMENTO DE LA DEPENDENLCIA, LA DESIGUALDAD Y  LA POBREZA en los llamados países del Tercer Mundo, cuyas economías quedan reducidas a sectores secundarios y terciarios: intermediación comercial, venta de materias primas (Commodities, en la nueva jerga) y servicios.

El crecimiento económico EN FUNCIÓN DE BENEFICIOS PARTICULARES que pasan por alto el bienestar integral del mundo, social y material  conduce obligadamente a la SUPERPOBLACIÓN, que a la vez retroalimenta los mercados y el crecimiento económico, por cuanto sin consumidores no hay economía (Hoy día las economías se pelean los mercados, olvidando los Derechos Humanos, cuyo ejemplo más notorio lo  constituye China con sus 1.300 millones de habitantes).

En esa cacería de consumidores la calidad de vida sufre un deterioro progresivo por la disminución, en cantidad y calidad, del empleo ante el avance de la mecanización del trabajo y el exceso de oferta laboral, cuyos costos están siempre a la baja. LA SUPERPOBLACIÓN CONDUCE A LA GUERRA SOCIAL PERMANENTE  Y, POR LO TANTO, AL ESTADO CADA VEZ MÁS AUTORITARIO. Los pueblos, las ciudades y mega ciudades se canibalizan, motivados por la miseria y los patrones de consumo. Paradójicamente, esto no afecta el Crecimiento Económico; por el contrario, lo impulsa, porque EL ROBO INCREMENTA EL CONSUMO, mediante la sustitución de lo perdido, y es pretexto para que la sociedad acentúe su régimen policivo de control y vigilancia, de efectos nefastos para la democracia; sin importar el costo a pagar por ello, hasta la tercera parte de los presupuestos nacionales.

Este capitalismo avanzado y depredador ha desbaratado inclusive a los países  conocidos como Estados de sociedades avanzadas con un modelo político y social de alto bienestar humano (La Social Democracia Europea). ESTAMOS ASISTIENDO AL SURGIMIENTO DE UNA NUEVA ESCLAVITUD LABORAL POSMODERNA EN TODO EL MUNDO, intensificada en los países asiáticos, coincidiendo con su milagro económico, liderado por China, donde se han suicidado trabajadores en sus cubículos de trabajo, bajo condiciones rigurosas de hacinamiento, extensas jornadas y salarios por debajo del mínimo de subsistencia.

Acompañamos esta nota, remitiendo a una presentación en power point que circula en la red, en el siguiente link (se demora algunos segundos en cargar. Dé clic al comenzar y después de cada imagen):

http://www.google.com.co/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&ved=0CC4QFjAA&url=http%3A%2F%2Fwww.presentaciones.org%2FPPS06%2Fpp3057.pps&ei=gLAvUrDoKoXm8QTXtIHABg&usg=AFQjCNHKAqbJkMmNX9HXAT7h3Mbnunor-Q&sig2=dUeq4ThBEyKrr0iX32mn5Q&bvm=bv.51773540,d.eWU
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Popayán hoy. TESTIMONIOS DE UN “FORÁNEO PATOJO” EN POPAYÁN

HISTORIA DE “MACONDO LIBROS ARTE Y TERTULIA”. ENTREGA 1


                                                                                Atendiendo la sugerencia de JULIÁN BENÍTEZ OROZCO (GRUPO ECÓPOLIS Y EL ÁGORA VIRTUAL).


Pena me da que los sentimientos se crucen con la Movilización Agraria que también me toca por mi extracción campesina, con la infancia hundida en el barro de los caminos, allá en el Sur, en la huerta, sembrando el maíz bajo la guía de papá, quien preparaba cuidadosamente los surcos en hermoso cuadro geométrico. Armado de una vara en punta abría los hoyuelos donde yo depositaba la semilla, ataviado de sombrero y un pequeño machete con cubierta al cinto, primer regalo de nuestros campesinos a sus hijos para hacerlos sentir hombrecitos (a esa edad de duendesito mis críos  iban todavía, en Popayán, tres décadas más tarde, al preescolar moderno de pedagogía constructivista, Mundo Creativo). Mi madre paisa, del Jardín, Antioquia, modista, conquista del soldado en sus travesías del servicio militar, nos sacó de allá al hermoso pueblo de La Unión, tendido en la cordillera como un cometa luminoso, mediante tretas de actriz dramática, creo yo ahora, para vencer la férrea y estática voluntad de papá; talento que haría mío en las primeras picardías adolescentes y mucho después, transcurridos los años oscuros que siguieron a la inocencia, con dolorosos complejos  que arruinaron la despreocupada vida, persiguiéndome hasta la universidad. Por fin llegaron nuevas certezas y renació también la vena histriónica para poner alas al destino. A papá le hubiera gustado quedarse a morir allá, feliz en su campo feraz, de abundante agua, potreros y montañas, donde las cosechas eran una fiesta y cada nueva casa se inauguraba con  "madrinas" (adornos metálicos colgantes que se ponían a lo largo del alero y sonaban con el viento) y veladas musicales, comida, trago y baile. Eran frecuentes las tormentas colosales que recreaban el diluvio bíblico borrando  puentes y caminos entre fulminantes  rayos de impronta trágica sobre árboles familiares o en la tertulia nocturna alrededor del fogón de leña, hasta donde llegó alguna vez la culebrilla mortal calcinando a los presentes. Allí parecía estar bien Papá, extasiado, mirando el paisaje desde el corredor de tablas. Forjó un temperamento estoico, resignado, con la felicidad unida al sufrimiento que calla. La naturaleza balsámica borraba esas contingencias  renovándolo todo sin cesar.
NUESTRO CAMPESINO ES UN LARGO SILENCIO... (Germán Pabón Gómez dice, parodiando a Heidegger, que ahora le ha nacido el habla. Hermosa metáfora). Aún eran tiempos temidos, de bandoleros o “chusmeros”, así  los llamaban allá; palabra gravada con sangre en el recuerdo infantil por una matanza brutal de una pareja de ancianos próximos a nuestra amistad, con hacha, a lo Roskalnikov, para robarles el producido del café, en la vereda de El Sauce. Su criada logró sobrevivir para contarlo, arrastrándose con la carne abierta y huesos partidos  hacia los matorrales de escobilla.   Todavía permanecía  fresco el recuerdo de la Segunda Guerra Mundial y se esperaba el fin del mundo, por la avanzada del comunismo y el ateísmo a través de Cuba y la Unión Soviética. Éste era el imaginario  en la mente ingenua, fantasiosa y católica de nuestros campesinos en Cusillo Alto, vereda de La Unión N., a unos 30 km. de la cabecera municipal. Allá quedó un pedazo de alma en esa placenta acogedora y misteriosa llena de vivencias indelebles: mi apodo campesino "hablantín" por ser  la mascota parlanchina de la familia,  las correrías por  caminos accidentados que daban inteligencia a los pies descalzos, el prematuro amor, escondido secretamente en el corazón asomándose al sublime y eterno femenino, el bosque virgen de árboles innombrados (mulatos, jiguas, morochillos, guarangos...), aves de variedad asombrosa (carpinteros, curillos, torcazas, gavilanes, chiguacas, águilas, gorriones..) y animales sorprendentes como el perezoso y las alertas ardillas, donde también tenía su lugar la música del  aserradero,  el callejón penumbroso, de tierra colorada, lugar de verdaderas odiseas  con bestias de carga durante el invierno, las romerías a lugares sagrados, Meca de los campesinos, la escuela con ciruelos y aleros enracimados de golondrinas, las cabalgatas que acompañaban  al Cura bajo arcos floridos hasta la escuela donde era recibido  con retreta y pólvora en medio de la vendimia rural. EL CAMPO ALGUNA VEZ FUE UN COSMOS DE UN "MEDIOEVO" TRANQUILO BAJO LA ÉGIDA DE UN ORDEN DIVINO. La razón moderna como "Mayoría de edad", según Kant, inevitable en el proceso evolutivo de la conciencia humana, trajo consigo disputas y competencias sin fin, en las que cada egoísmo guerrea con otros egoísmos. Aquellos principios del ser fueron remplazados por  reglas jurídicas que apenas tocan el Contrato, no el alma de los seres humanos. HE AHÍ NUESTRA PARADOJA MODERNA Y POSMODERNA.
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