jueves, 31 de octubre de 2013

EXILIADOS EN FORANELANDIA

Voluntariamente nos hemos exiliado, quiero decir nuestro núcleo familiar, en Foranelandia, país de la OMMH (Organización Mundial para el Mejoramiento de la Humanidad), fundado después de la Segunda Guerra Mundial; una linda oportunidad para gente de nuevo pensamiento que quiera ponerse en la punta de la civilización.

Apenas nos han esbozado las características de este novedoso país experimental, del cual aun no conocemos sus coordenadas geográficas; solamente sabemos que posee mar y tierra, para nuestra alegría; que por tierra está rodeado de un cordón montañoso inaccesible, razón por la cual el ingreso se efectúa a través de vía marítima, aunque no en barco sino en avión especial que aterriza en un portaviones próximo a sus costas. También se nos ha informado sobre su territorio y población, promediados a la media de los países existentes, no tan extenso para ser atendido eficientemente ni tan poblado que llegue a generar conflictos de convivencia. La autarquía es su meta fundamental, como también el máximo desarrollo en todos los campos (social, económico, político, recreativo, cultural, científico y tecnológico, etc.), no mediante obligación forzada, sino gracias al constante estímulo en condiciones apropiadas.

Por el momento, apenas hemos formalizado nuestra admisión ante su filial en Colombia (las hay en todos los países integrantes de la OMMH). Tal protocolo es supremamente estricto, teniendo en cuenta el interés mundial que ha fincado las esperanzas en otro modelo de humanidad. De cierta manera se intenta crear un microcosmos con las mejores cualidades, en un ambiente "controlado" pero sin sacrificar la "libertad" (las comillas son indispensables para evitar asociaciones ya conocidas y asignar nuevos contenidos a los términos).

En nuestro curioso afán algunas ideas de la idiosincrasia de dicho país se han filtrado hasta nosotros. Por ejemplo, allá no se practican conceptos tales los de Nación, Patria e Himno Nacional, lo cual sin embargo no hace débil el sentido de pertenencia, que verdaderamente se nutre de contraprestaciones altamente positivas entre los individuos y la administración pública. La Historia tampoco se maneja como asunto "de Verdad", sino a modo de relato literario; de manera similar, las ideas religiosas forman parte del imaginario estético; sus habitantes expresan sus recónditos sentimientos y pensamientos mediante carnavales sobrios u orgiásticos; porque, necesario es decirlo, la desinhibición en Foranelandia también es componente principalísimo de la cultura, a través de representaciones, bailes y creaciones artísticas. Sin embargo, no debe asumirse por ello que se ha alcanzado el ethos de lo que, en una época, fue el sueño hippy; Foranelandia no es una asociación política para la búsqueda del nirvana; su base conceptual preserva la naturalidad tradicional, lejos de extirpaciones artificiosas; asi por ejemplo, a la par de la libertad existe el contrapeso de la sanción, en forma de separación y reeducación; aunque toda reincidencia en asuntos graves se paga con la eliminación, de modo indoloro por su puesto, pero sin dramatismos morales.

Por fortuna, hemos cumplido el perfil exigido en la modalidad de núcleo familiar. Lo más crítico fue la edad de los cabeza de familia; sin embargo, todavía nos resta tiempo laborable para aportar y ganar las atenciones a nuestros años finales; aunque se nos advirtió que la vida adulta en Foranelandia nunca llega al estado de postración; su meta está condicionada al más elemental límite activo, físico o mental, para no lastimar la dignidad humana. De lo cual se colige que la eutanasia es consentida para estados extremos de gravedad. Vale anotar, aunque esté demás, que la protección de la vida no es un asunto abstracto que se embolate en argumentaciones bizantinas; el rasero es totalmente práctico e invoca el sano y elemental sentido común. Se parte del concepto clarividente de que la vida es lo que está en el mundo, rodeándonos en el ambiente que todos compartimos de modo fáctico; no interesan los momentos "pre" y "pos" de la existencia, los cuales corresponden a la subjetividad. Tampoco sobra anotar que la máxima norma filosófica, política y cotidiana a la que todos están sujetos es la plenitud del bienestar colectivo.

Por unanimidad consentimos en la idea de esta aventura, bajo el supuesto tranquilizador de un posible retorno en caso de inadaptación. Como corolario de ello salta a la vista la ausencia de una imposición autoritaria. Aun habiendo emigrado definitivamente de Foranelandia, por decisión propia, se da por sentado el cumplimiento, en alguna medida, de parte de la misión de la OMMH, en su cometido de imprimir cambios positivos en la humanidad tradicional, cansada de conflictos y contradicciones sociales.

Nos empujan grandes ideales. Mi esposa anhela desplegar su poderosa personalidad educativa al servicio de los adolescentes. Emilio quiere expandir su vida y sus talentos tecnológicos; Daniel sueña integrarse en grandes proyectos de diseño y ocupar su tiempo íntimo en el juego de formas simbólicas; Sebastián espera hallar un ambiente socialmente exquisito, practicar su tenis de campo y ejercitarse en la argumentación jurídica; por mi parte espero involucrarme en procesos imaginativos que hagan las delicias de mis semejantes. Este es el tamaño de nuestro equipaje y a la vez único pasaporte a Foranelandia, país que vislumbramos con su entorno de ensueño.

1 comentario:

  1. COMENTARIOS:

    A Miguel Angel Bernal Echavarria y Sofia Picon les gusta esto.
    Sixto Luisar Quiñonez Daza Buena crónica,estaré pendiente de su desarrollo.

    Sofia Picon: Excelente, OMAR ,excelente.

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