jueves, 31 de octubre de 2013

Popayán hoy: MUSEOS OLVIDADOS

Algún tecnócrata propondría liquidarlos y donar el contenido a algún museo nacional, como ocurrió hace poco en nuestra  ciudad, respecto a una biblioteca de archivo.
LA SOLUCIÓN CORRECTA  ES INSUFLARLES NUEVA VIDA. CÓMO? ABRIENDO EL ESPACIO AL AMBIENTE DE TERTULIA INFORMAL, LECTURA Y ESCRITURA, CON MOBILIARIO REQUERIDO Y EL INDISPENSABLE SERVICIO DE WIFI. Se podrían instalar pequeñas licalidades para alquilar a los intelecturales interesados en tener una estación distinta de trabajo. Para garantizar la seguridad se podría  contemplar la posibilidad  de afiliar a los usuarios.

Los museos no deben tener similar tratamiento al de un cuadro colgado en la pared. Es conveniente convertirlos en estructuras vivas que alimenten el espíritu de una ciudad, estableciendo puentes entre lo antiguo y lo nuevo.

Los lectores, escritores y personas cultas de Popayán  reclaman espacios distintos a los escolares. Tales espacios no existen en la supuesta ciudad culta. Las fundaciones y museos culturales  son aqui espacios cerrados con cancerbero a la entrada, protegiendo un patrimonio de cripta.
   
Los objetos valiosos que guardan  han perdido valía en razón de la desmaterialización de la cultura, por obra y gracia de la tecnología digital e Internet, al poner casi toda la información al  alance de la  mano. Esos museos, grandes estructuras físicas, que consumen ingentes recursos en funcionamiento,  servicios, vigilancia, etc. no se corresponden con el pobre uso que se hace de ellos, comprobable si se llevara una estadística diaria de visitas. De tal modo, que dichos lugares se han convertido en el símil exterior de lo que guardan, sin interés para casi nadie, a excepción de algún académico o especialista.

La   ciudadanía ya no se reconoce en ellos; lo que  atesoran tampoco apuntala  ya ninguna idea de ciudad o de nación. Más bien, reflejan valores opuestos a una sociedad que se estandarizó por  abajo, en función de la pragmática económica; ante la cual surge la burda pregunta: y eso para qué sirve?

Los museos de Popayán, igual que en otras  partes de nuestro país y del mundo, se  enmohecen al paso veloz  de nuestra  época bajo el predominio de valores materiales y frívolos, jalonados por el consumismo galopante impuesto por la globalización.

Esa  experiencia de vértigo que viven las nuevas generaciones  amputó la vida  cultural, llámese historia, arte, literatura o música culta. Se  habla  de fin de la historia, como horizonte de sentido,  de contracultura, de fin de las vanguardias o de muerte del arte, y en música culta asistimos a la transformación del género por la  incorporación de elementos característicos del espectáculo de masas.
 
En razón de lo anterior, las instituciones deben complementar   su rol ante las nuevas circunstancias y exigencias del presente.

1 comentario:

  1. A Alfonso Renza Campo, Edgar Alberto Caicedo Cuellar, Jorge Munoz y 2 personas más les gusta esto.
    Sofia Picon loable propuesta, habrá en POPAYÁN quien la atienda?

    Reinel Gutiérrez Excelente idea en una ciudad que se precia de ser culta, educada, academica y blanca.

    Beatriz Quintero: Ay Omar creo que el mal no es solo de esta ciudad, en Bogotá hay museos gratis con programacion cultural constante para varios tipos de público y la gente no va

    Omar Lasso Echavarría Escribí: "Los museos de Popayán, igual que en otras partes de nuestro país y del mundo...." La nota, si se lee hasta el final, intenta hacer un diagnóstico del problema, a la luz de coordenadas actuales. Mi iniciativa busca hacer más funcionales estos espacios. ¿Con qué lugares cuentan los intelectuales de Popayán para trabajar e interactuar? Las universidades locales no ofrecen espacios distintos a la estrecha e incómoda biblioteca. La Sala del banco de la República se abarrota con estudiantes de Colegios. Cuando urge cambiar de ambiente toca ir a Plaza Colonial o Carrefur, de donde te expulsan las múltiples bullas y los olores. Mientras tanto, los museos, propiedad del Municipio, del Departamaento o de la Nación, que podrían prestar su agradable entorno, permanecen clausurados.

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