Mis comentarios:
1.- Es una frase válida para el sentido común, pero errónea desde el contexto histórico-filosófico; algo parecido a decir, por ejemplo, que E (Energía) no es igual a =mc2 (Fórmula de Einstein), sino que es igual a Chontaduro+Miel de Abeja+Borojó (Perdón por el barbarismo).
2.- Si claro. Hoy hay que repensar la filosofía a la luz del contexto
contemporáneo. Pero carece de sentido desvirtuar planteamientos de mucho
rigor para otra época, con condiciones históricas distintas. Newton no
es mal físico porque su teoría la "superara" la Relatividad de Einsten.
Estamos frente a épocas y mentalidades diferentes. Según Foucault
conforman constelaciones homogéneas de pensamiento (Epistemes) con su
propio centro de gravedad, suelo "arqueológico" sobre el cual pensamos.
El problema lo sitúo en el planteamiento siguiente: a) Lo que ya
pertenece a la historia ,b) lo que es actual, y c) lo que de la historia
sigue afectando a la actualidad. En estos dos últimos puntos se halla
la tarea del filósofo. En cuanto a la base de la occidentalización está
más atrás, en los griegos y el producto final es la ciencia, la
teconolgía y la democracia, que en teoría y posibilidades constituye el
mejor mundo posible, con cabida, también, para todas las manifestaciones
del pensamiento y la sensibilidad. La sola danza y el carnaval no bastan...
3.- Para finalizar concluyo diciendo: de la misma manera como razona Spinoza se podría decir lo contrario: toda negación es una determinación. Estamos atrapados en la trampa del lenguaje. Sin duda la filosofía cartesiana es uno de los últimos enviones para fundamentar racionalmente la metafísica, y más precísamente la teología; con la consecuencia natural de un control sobre las pasiones. A Nietzsche le correspondió realizar el principal sacudón para volver a integrar los dos componentes de la naturaleza humana: lo apolíneo y lo dionisíaco ("Racionalidad" y Fiesta). Y a los empiristas les debemos también la tentativa de sacarnos del embeleco de las "ideas innatas", principio del racionalismo cartesiano, despojando la antropología filosófica de todo artificio "escolástico".
3.- Para finalizar concluyo diciendo: de la misma manera como razona Spinoza se podría decir lo contrario: toda negación es una determinación. Estamos atrapados en la trampa del lenguaje. Sin duda la filosofía cartesiana es uno de los últimos enviones para fundamentar racionalmente la metafísica, y más precísamente la teología; con la consecuencia natural de un control sobre las pasiones. A Nietzsche le correspondió realizar el principal sacudón para volver a integrar los dos componentes de la naturaleza humana: lo apolíneo y lo dionisíaco ("Racionalidad" y Fiesta). Y a los empiristas les debemos también la tentativa de sacarnos del embeleco de las "ideas innatas", principio del racionalismo cartesiano, despojando la antropología filosófica de todo artificio "escolástico".