Texto de 28 de enero de 2016 ( fotos pendientes)
Dos temas nos dan vueltas y vueltas desde hace días, aunque nos resistimos a volver sobre lo mismo. Escribiremos sólo por librarnos de ellos.
(Mientras al Señor X que demolió una casa antigua del Centro Histórico se lo "arruinó" con una "impagable" multa, a Corona Bar, que alteró por completo la vida residencial en el Centro Histórico, con sus decibeles insoportables, varias cuadras a la redonda, después de las 11 P.M. hasta la 7 A.M., hora en que algunos ebrios montan sus carros o motos como si nada; que además hizo intervenciones locativas, destruyendo un LAVAPIES de valor histórico; sus propietarios recibieron apuntalamiento desde la Alcaldía de Ramiro Navia y Fredy Paz, permitiéndoles manejar la Razón Social a su antojo (Un Hotel con "barsito", cuando se trata de un gigantesco Bar con varias salas de distintos ambientes y un "motelsito" abordo).
1.- Hace varios meses multaron, con cerca de 200 millones, a X Señor por destruir una casa antigua en el Centro de Popayán, otrora residencia de un Presbítero importante, El Arzobispo Miguel Ángel Arce Vivas, en la Kra. 7 con Calle 5, diagonal a la Torre del Reloj. Fue solo una reacción de la Alcaldía Municipal a la denuncia pública difundida por las redes. El trabajo de demolición se hacía subrepticiamente a puerta cerrada. Gracias a la tecnología, tan a la mano hoy día, descubrieron la intervención a través de un dron que sobrevoló la propiedad. DE NO HABERSE PRODUCIDO ESTE HECHO TODO HUBIERA QUEDADO IGUAL, SIN LA MENOR DUDA, TAL COMO SE HA VENIDO MODIFICANDO EL CENTRO HISTÓRICO Y LUGARES ALEDAÑOS, CON PERMISOS Y SIN PERMISOS.
Nos parece que éste es un caso de expiación de una administración, como casi todas las anteriores, que ha permanecido indiferente al deterioro continuo del Patrimonio Histórico. Es así como se han modificado fachadas e interiores para responder a la presión del comercio, por ejemplo toda la calle 6 y lugares próximos al Centro. Precisamente, el entorno del caso que nos ocupa, con dirección hacia la calle 7, está totalmente cambiado, incluyendo la fachada del mencionado "monumento". Sus actuales señas son enormes ventanas y puertas de vidrio que prácticamente remplazan a las paredes, uniformando la zona.
El asunto de la CONSERVACIÓN ha sido marginal o retórico para casi todas las administraciones, centradas en defender los intereses de sus clientelas y no los bienes públicos de la Ciudad. Por fortuna se salvan los grandes monumentos, propiedad del Estado, de la Universidad, de la Iglesia y los Bancos. EN CAMBIO LOS BIENES PRIVADOS DE INTERÉS HISTÓRICO ESTÁN EXPUESTOS AL CAMBIO, POR LA PRESIÓN DE LA NECESIDAD, LA OFERTA Y LA DEMANDA, Y PRINCIPALMENTE POR EL DESESTÍMULO MUNICIPAL, RESPECTO A IMPUESTOS Y EN NO VELAR POR LA CALIDAD DE VIDA. Cabe preguntarse, qué beneficios obtiene el propietario de una vivienda antigua con todo tipo de restricciones, altos impuestos y deterioro del entorno ambiental, además de la ausencia de una política turística, otro tópico residual de nuestras administraciones; sumándole a ello la pérdida de conciencia social histórica de las nuevas generaciones que habitan la ciudad, autóctonas y foráneas.
Los Centros Históricos en otras partes del mundo están amparados por regímenes especiales que propician la conservación, la residencia y el turismo.
Por supuesto no echamos la culpa a la gente, que hace lo que puede y lo que la autoridad permite para resolver sus necesidades. Cuando los fenómenos adquieren dimensiones sociales, ninguna autoridad por grande y autoritaria que sea puede contener las conductas generalizadas. Ante ello lo aconsejable es la previsión mediante la construcción de nuevos complejos comerciales, culturales y de recreación que atiendan la demanda de una ciudad totalmente estancada en la planificación urbana.
2.- Este tema se complementa con el SEGUNDO, resultado de una conversación callejera, cuyo tema fue “En el Cauca y en Popayán todo está por hacerse”. Frase terriblemente sintomática de lo que pasa con nuestras instituciones y sus dirigentes, cuyo análisis lo dejaremos para otra oportunidad.
Dos temas nos dan vueltas y vueltas desde hace días, aunque nos resistimos a volver sobre lo mismo. Escribiremos sólo por librarnos de ellos.
(Mientras al Señor X que demolió una casa antigua del Centro Histórico se lo "arruinó" con una "impagable" multa, a Corona Bar, que alteró por completo la vida residencial en el Centro Histórico, con sus decibeles insoportables, varias cuadras a la redonda, después de las 11 P.M. hasta la 7 A.M., hora en que algunos ebrios montan sus carros o motos como si nada; que además hizo intervenciones locativas, destruyendo un LAVAPIES de valor histórico; sus propietarios recibieron apuntalamiento desde la Alcaldía de Ramiro Navia y Fredy Paz, permitiéndoles manejar la Razón Social a su antojo (Un Hotel con "barsito", cuando se trata de un gigantesco Bar con varias salas de distintos ambientes y un "motelsito" abordo).
1.- Hace varios meses multaron, con cerca de 200 millones, a X Señor por destruir una casa antigua en el Centro de Popayán, otrora residencia de un Presbítero importante, El Arzobispo Miguel Ángel Arce Vivas, en la Kra. 7 con Calle 5, diagonal a la Torre del Reloj. Fue solo una reacción de la Alcaldía Municipal a la denuncia pública difundida por las redes. El trabajo de demolición se hacía subrepticiamente a puerta cerrada. Gracias a la tecnología, tan a la mano hoy día, descubrieron la intervención a través de un dron que sobrevoló la propiedad. DE NO HABERSE PRODUCIDO ESTE HECHO TODO HUBIERA QUEDADO IGUAL, SIN LA MENOR DUDA, TAL COMO SE HA VENIDO MODIFICANDO EL CENTRO HISTÓRICO Y LUGARES ALEDAÑOS, CON PERMISOS Y SIN PERMISOS.
Nos parece que éste es un caso de expiación de una administración, como casi todas las anteriores, que ha permanecido indiferente al deterioro continuo del Patrimonio Histórico. Es así como se han modificado fachadas e interiores para responder a la presión del comercio, por ejemplo toda la calle 6 y lugares próximos al Centro. Precisamente, el entorno del caso que nos ocupa, con dirección hacia la calle 7, está totalmente cambiado, incluyendo la fachada del mencionado "monumento". Sus actuales señas son enormes ventanas y puertas de vidrio que prácticamente remplazan a las paredes, uniformando la zona.
El asunto de la CONSERVACIÓN ha sido marginal o retórico para casi todas las administraciones, centradas en defender los intereses de sus clientelas y no los bienes públicos de la Ciudad. Por fortuna se salvan los grandes monumentos, propiedad del Estado, de la Universidad, de la Iglesia y los Bancos. EN CAMBIO LOS BIENES PRIVADOS DE INTERÉS HISTÓRICO ESTÁN EXPUESTOS AL CAMBIO, POR LA PRESIÓN DE LA NECESIDAD, LA OFERTA Y LA DEMANDA, Y PRINCIPALMENTE POR EL DESESTÍMULO MUNICIPAL, RESPECTO A IMPUESTOS Y EN NO VELAR POR LA CALIDAD DE VIDA. Cabe preguntarse, qué beneficios obtiene el propietario de una vivienda antigua con todo tipo de restricciones, altos impuestos y deterioro del entorno ambiental, además de la ausencia de una política turística, otro tópico residual de nuestras administraciones; sumándole a ello la pérdida de conciencia social histórica de las nuevas generaciones que habitan la ciudad, autóctonas y foráneas.
Los Centros Históricos en otras partes del mundo están amparados por regímenes especiales que propician la conservación, la residencia y el turismo.
Por supuesto no echamos la culpa a la gente, que hace lo que puede y lo que la autoridad permite para resolver sus necesidades. Cuando los fenómenos adquieren dimensiones sociales, ninguna autoridad por grande y autoritaria que sea puede contener las conductas generalizadas. Ante ello lo aconsejable es la previsión mediante la construcción de nuevos complejos comerciales, culturales y de recreación que atiendan la demanda de una ciudad totalmente estancada en la planificación urbana.
2.- Este tema se complementa con el SEGUNDO, resultado de una conversación callejera, cuyo tema fue “En el Cauca y en Popayán todo está por hacerse”. Frase terriblemente sintomática de lo que pasa con nuestras instituciones y sus dirigentes, cuyo análisis lo dejaremos para otra oportunidad.
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