viernes, 17 de enero de 2014

No podemos permitirnos ningún tiempo de hibernación, ni idealizar la creatividad artística buscando atmósferas especiales; todo nace de la confusa experiencia y de los golpes de la emoción, cuando el acto de escribir es asunto de todo el cuerpo.

ES MISIÓN DE LA FILOSOFÍA Y LAS “CIENCIAS HUMANAS”: PENSAR LA REALIDAD, MEDIANTE EL CONCEPTO (Redundancia).


Se distorsiona y maltrata a la opinión pública a través de los medios de comunicación (con el chisme y el amarillismo) y toda variedad de sectas: religiosas, políticas (de izquierda y derecha), tecnológicas (en la administración, la economía, la política, lo jurídica, etc.) Se entiende, por ello, LAS LIMITACIONES DEL PARTICULARISMO REDUCCIONISTA; Lo cual nos conmina a emprender nuevos esfuerzos de visiones globales, universalistas, que mejoren la convivencia humana. Al respecto, hay hitos históricos importantes: el Cristianismo, que universalizó el valor del ser humano, como igualdadad de todos ante Dios. Su ecumenismo representó un avance en la historia humana, a pesar de la imposición como “verdad única” (particularismo). Luego vino la Revolución Francesa que revaloró esa Igualdad en la carta de los Derechos Humanos, bajo el contexto de la “Razón Ilustrada”, frenando el despotismo y el fanatismo religioso. 

Con el Multiculturalismo están regresando, de nuevo, los fanatismos de toda calaña. Si bien, el Multiculturalismo es importante, como conjunto de manifestaciones propias de determinada cultura, en el ámbito costumbrista y folclórico, ello no justifica considerarlo como “verdad fundamental”. Los grupos humanos deben aspirar a regirse por pautas de “cierto valor universal”, según sus propias circunstancias. El multicuralismo podría convertirse en otro Discurso alienante para mantener a nuestros países “tercermundistas” en su persistente estado de atraso.

Esta nota es una respuesta a la absurda prédica, con visos de craza ignorancia, de la pastora Piraquibe, cuando discrimina en su iglesia a las personas con alguna discapacidad física (He podido apreciar en algunas declaraciones mayor lucidez que en los considerados “normales”). Esta segregación es nefasta para toda sociedad, como fue la judía en tiempos nazis. De la irrisoria opinión de la pastora Piraquibe, fácil es hacer el tránsito a la “limpieza social” y a erigirse como “verdad única” y excluyente, otro exabrupto humano, el creerse “pueblo elegido por Dios”, en contra de la humanidad entera.
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