Este gran poeta argentino estuvo en Popayán, invitado por la fundación Revista Ofelia, en tiempos de Macondo Libros y Tertulia, década de los 90 (s).
Hemos leído con emoción sus nuevos poemas, sin poder evitar el impulso de escribir, en caliente, una nota sobre cada uno de ellos.
MIS NOTAS
1- Hablan los ojos de Nazim Hikmet
Brillante forma de armar un poema con un símbolo.
2-Diario del calcinado
Fuego hecho poesía y poesía de fuego. Nos hace pensar, también, en Arthur Rimbaud, quien vivió para consumirse en la palabra y tragar todo lo que ellas podían decir. Todavía muy joven, enmudeció para siempre, entre aventuras y calcinado por otro fuego, el de África.
3-Fibras
a José Ángel Leyva
Conmovedor y preciso en su filigrana. El tiempo, la espera, el venado como fugaz presencia del hallazgo y la noche desvelada sobre una página donde se atropellan signos que arrebatan secretos al tiempo.
4-Astillas
Un poema digno del gusto de Borges. El espejo no es aquí el lugar de la evidencia, sino lo que interroga nuestro anverso. Como el río de Heráclito nos muestra un yo distinto que el tiempo va consumiendo sin que podamos descifrar lo que las máscaras esconden.
5-Cintas
a María Agustina, mi madre.
El recuerdo de la Madre no puede ser más hermoso que en este poema, con versos memorables: "toda la vida un hilo", "Nunca se nace, siempre vamos cosidos a una madre:", "Junto a la rosa triste del alfiletero: mi madre."
6-Nido de viento
a Dino Saluzzi.
Un himno al alma del tango, el bandoneón, que en esta recreación poética es un Aleph que nos vincula con todo; es mujer y deseo ("Dicen que hay oro al fondo del deseo"). Su gemir viste a la memoria de nostalgia, empujándola por vericuetos donde han quedado pedazos de corazón.
7-Ronda de la sola
*A Olga Aredez
César Vallejo participa de la atmósfera de este poema. Es el más doloroso del poemario. Algo se rompe adentro cuando lo leemos. Sentimos una pérdida cruel: del padre, de la madre, del hijo y de los amigos, que alguien mutiló. Estos versos se quedan perturbando cualquier asomo de felicidad: "con su arenga de lata." - "suelta un perro de silbos " - "Cuando la vida en fuga te rebana las piernas y no hay Cristo que valga." - "lleva un nido de cruces empollando en la espera:“Yo solita y mi alma”.
LOS POEMAS
1- Hablan los ojos de Nazim Hikmet
Sobre mi mano,
la mitad de una manzana brilla.
La otra mitad está sobre una mesa a miles de
kilómetros de aquí.
Es imposible morder esta mitad
sin que duela el vacío.
***
2- Diario del calcinado
Sale Artaud chamuscado de su propio cuerpo
para prenderse fuego,
una y otra vez
lumbre,
a cada instante,
con la consigna de quemar las naves.
***
3-Fibras
a José Ángel Leyva
Asomará un venado para el que siembra tiempo, lo
fabrica, largas hojas de tiempo, muy delgadas, con
hebras, cerdas, hilos, filamentos, hilachas,
y escribe sobre el tiempo de rodillas, sobre un manto
de sombras, y camina después por la hoja en blanco
donde la noche está despierta.
Asomará el venado si el que escribe mete las manos en el
tiempo y roe,lo muerde, lo desgasta, lo adelgaza, lo
vuelve tegumento, membrana.
Cuando el tiempo -pellejo de palabras- roce fugaz el
aire, asomará un venado.
***
4-Astillas
I
¿A qué va uno al espejo?
A preguntar,
a inquirir el anverso, la faz, a investigar por uno,
a rastrear la fachada,
el asunto es el mismo: interrogarse.
Solo atiende preguntas el espejo,
abre ventanas solo a ese llamado.
Su respuesta es gruñido, un murmullo de noches
arrugadas.
Ese despeñadero te pisa los talones.
II
Entre cuatro navajas ondula un río de lava.
III
El espejo se pudre.
Lo vi con estos ojos que ya no son lo mismos.
IV
Quien observa al espejo visita una memoria.
Las brasas del que mira se hunden en el desierto.
V
El espejo reúne lo que el viento dispersa.
***
5- Cintas
a María Agustina, mi madre
Aros para bordar, un costurero, toda
la vida un hilo. Enhebra olores en la cocina, zurce
palabras desgarradas.
Su nostalgia es de lino.
Nunca se nace, siempre
vamos cosidos a una madre:
Y calados, botones, bastidores, vivos para la orilla
de la lengua y encajes en la risa.
Junto a la rosa triste del alfiletero: mi madre.
El camino lo alumbran las hebras de una estrella,
un viento de algodón, resplandor de abalorios.
Y en cada cosa que levantó el mundo:
la aguja y el dedal.
***
6-Nido de viento
a Dino Saluzzi
Hundir las manos en la sombra,
pequeño estuche del inmenso cielo,
y arremangarse en la memoria
en esa caja, nido de los vientos.
Meter las manos en las sombras,
tantear las vísceras del instrumento
hasta encontrar esa bengala
que ardía en el baldío de mi pueblo.
Hurgar, pulsar y resoplar,
como quien entra ciego en otro cuerpo.
Y murmurar, roncar, bramar,
el que toca este fueye toca el fuego.
Hay polvaredas por doquier,
peces de nácar y unos pingos viejos,
el resoplar del arrabal,
y la nostalgia en la palabra “lejos”.
Meter la sombra en otra sombra
como quien monta un animal en celo.
Joyas perdidas en el fueye.
Dicen que hay oro al fondo del deseo.
Hundir las manos en la caja,
acariciar los muslos de un recuerdo.
El bandonión, sus lenguas sueltas,
sacuden el follaje del misterio.
El manosear, el rebuscar,
los teclados amasan ronroneos.
Pica la piedra del cayado
el que se prueba los anillos nuevos.
Qué diapasón podrá afinar
aquella carta que no llegó a tiempo.
Una mujer respira cerca
y es espiral de niebla y de secretos.
Tantear del colibrí su fuga,
poner los ojos en algún “te quiero”.
Pulir la lágrima, sangrar,
después arrodillarse ante el silencio.
Meter la sombra en otra sombra
como quien monta un animal en celo.
Joyas perdidas en el fueye.
Dicen que hay oro al fondo del deseo.
***
7-Ronda de la sola
*A Olga Aredez
Con su muleta al rojo,
con su sentir a cuerda,
con su arenga de lata.
Este viento de locos
hecho de manotazos
y relleno de rabia.
Cuando falta el abrazo
del cuerpo que relumbra
montado en la distancia
suelta un perro de silbos
en las tardes del solo
que escupe noches largas.
Cuando la vida en fuga te rebana las piernas
y no hay Cristo que valga.
En la calle de tierra una madre se alza
contra el viento a mansalva.
La mujer de la ronda
y la gota de sangre que en la esquina la aguarda.
lleva un nido de cruces empollando en la espera:
“Yo solita y mi alma”.
Es un viento sin párpados
carga una enorme tuba
marcha dando zancadas.
Apagón de Ledesma
la patota de sombras
y la vida incendiada.
Este viento de fierro
barre madres de polvo
te descascara el alma.
**Olga Aredez formó parte de Madres de Plaza de Mayo y por años caminó en soledad todos los jueves alrededor la plaza de Ledesma, en Jujuy, con un pañuelo blanco en la cabeza y un cartel denunciando los desaparecidos del pueblo en el marco de la dictadura militar entronizada en Argentina en 1976. Entre las víctimas por las que reclamaba esta luchadora social ―nacida en Tucumán y fallecida en 2005― se contaba su esposo, el ex intendente de Ledesma doctor Luis Aredez.
**(Buenos Aires, 1952). Vivió exiliado en México (1976- 1983) y voluntariamente en Costa Rica (1989-1997). Publicó los libros de poesía Los espantapájaros suicidas (1973), Noticias de una mujer cualquiera (1976), Contraseña (1976), Música de fagot y piernas de Victoria, (1979), Poemas del tamaño de una naranja (1979), Los ojos del pájaro quemado(1980), Polvo para morder (1986), Sordomuda (1990), Bestias en un hotel de paso (2002) y Palma real (2008).
Sus poemas fueron reunidos en varias compilaciones personales, entre ellas Marimba (1986), Jorge Boccanera. Antología poética (1996), Zona de tolerancia (1998), Antología personal (2001), Servicios de insomnio (2005) y Libro del errante (2009). En 2007 salió en México el CD Jadeo del viaje, con una selección de poemas en su voz. Obtuvo los premios: Casa de las Américas (Cuba, 1976), Nacional de Poesía Joven (México, 1977), TEA de Periodismo (Argentina, 2007), Internacional de Poesía “Camaiore” (Italia, 2008), Casa de América (España, 2008) y Premio Internacional Ramón López Velarde (2013). Poemas suyos fueron traducidos al holandés, italiano, inglés, japonés, checo, portugués, búlgaro, francés, sueco y húngaro.
http://www.vallejoandcompany.com/7-poemas-de-monologo-del-necio-2015-de-jorge-boccanera/