jueves, 31 de octubre de 2013

Justo decir, antes de partir a nuestro reino de ficción, Foranelandia, que  fuimos atendidos en nuestras querellas públicas y peticiones ciudadanas por la actual administración de Popayán, en cabeza de su Alcalde, Francisco Fuentes, sus secretarios Guillermo Céspedes, Víctor Fuli y Horacio Dorado, a pesar de la lentitud de los procesos burocráticos y la confusión de normas a que nuestra legislación nos tiene  acostumbrados.

Al final hemos terminado creyendo en la buena fe de la actual administración que, como todas, heredan problemas viejos.  A veces nuestra desesperación e impaciencia encendió el lenguaje. Sin embargo, fuimos  analíticos y coherentes. Nuestros artículos sobre ciudad comenzaron a finales de la administración Navia, a quien le entregamos en una reunión comunitaria el documento "Decadencia del Centro Histórico", boceto sobre el cual desarrollamos el ensayo "Popayán hoy: una ciudad sin horizontes de identidad",   dado  a conocer a través de las redes sociales  y la Gaceta Proyección del Cauca. Sobre esta  base los escritos acerca de las problemáticas de nuestra ciudad se sucedieron intensivamente, por lo cual nos cabe alguna participación en los intentos de ordenamiento de la ciudad. Ante todo, creemos haber frenado en algún grado la escalada a Zona Rosa del Centro Histórico con proliferación de establecimientos nocturnos que afectan la tranquilidad  de sus residentes, quienes aportan calidad de vida y evitan, con su presencia activa, que fuerzas negativas descompongan socialmente este importante sector de la  ciudad. Aun así, la amenaza de evolucionar a antro nocturno sigue latente, por lo que se requiere la permanente vigilancia de ciudadanos, alcaldía y policía. Ahora un nuevo optimismo nos embarga; como ciudadanos retirados de los centros de poder percibimos señales que nutren esta esperanza.

Falta mucho en el tema de la informalidad ambulante. Hay que ampliar las posibilidades de reubicación, haciendo  valer las determinaciones tomadas; en especial cuando los vendedores ambulantes  tienen puestos de ventas asignados en otra  parte, caso de los revendedores de la carrera 5 con calle 3, quienes poseen localidades  en la galería Bolívar.  Las medidas que se tomen al respecto deberían reforzarse con campañas cívicas para educar y acostumbrar a los ciudadanos a  no comprar en la calle; algunos rótulos esquineros ayudarían.

La peatonización del Centro ha mejorado un poco la calidad de vida. Debe complementarse  con la creación de condiciones  para  un repoblamiento residencial del Centro Histórico, en vista de que el comercio y las oficinas no logran copar la capacidad urbanística.Al paso del tiempo apreciamos la modificación del Parque Caldas como un  acierto, por las  posibilidades que su extenso espacio libre ofrece a eventos feriales  de toda clase. Obervamos con beneplácito el buen uso que se le da de continuo.

Hoy avizoramos cuál podría ser el destino del Centro Histórico, no solamente como centro administrativo, educativo y cultural, sino como lugar predilecto para la instalación de las llamadas  Industrias Culturales en su oferta diversa  y la realización de eventos y  convenciones regionales y nacionales. En consecuencia,  es necesario mejorar la infraestructura hotelera y turística, darle vida a los museos, mediante estrategias novedosas que complementen  los tours guiados, combatir  el ruido diurno y nocturno. Y, ¡Ojo! no olvidar los sitios retirados de algún interés, como la Capilla Neogótica Nuestra Señora de la Merced (En el barrio San Camilo) y el Museo Efraín Martínez, entre otros.

A propósito del desempleo, uno de los caminos para atacarlo es, ya no cabe duda, la realización de eventos sociales de toda clase y talla: municipales, departamentales, nacionales y mundiales. Vemos que ellos mueven la economía de servicios y colateralmente vitalizan el comercio. Desde esta perspectiva sea bienvenida la idea de Popayán Ciudad Convención. Toda iniciativa que convoque a municipios, departamentos y países producirá buenos dividendos sociales para nuestra ciudad. Éste debe ser un propósito de prioridad: traer a  Popayán cuanto evento sea posible y gestar otros con propósitos diversos. De tal manera que eventos como el ya consagrado Festival Gastronómico son un ejemplo magnífico.

En el proceso de construir cultura queda pendiente un tema mayúsculo: urge a Popayán, ciudad tradicionalmente culta, tener un Centro Cultural Integrado, con biblioteca incorporada, que aglutine la lectura, las artes y el encuentro social, con cafés de apertura hasta media noche. Ahora cuando están de moda las instalaciones de grandes superficies, modelo impuesto por los supermercados, ya no basta la bibliotequita, el teatrito, la pequeña galería artística, etc., aislados. Es indispensable el componente agregado de cierta magnificencia arquitectónica. El lugar indicado y estratégico para dicho proyecto sería el Centro Comercial Anarcos, con su manzana completa. Por esa vía se resolverían, también, otros problemas del comercio informal y la calidad de vida de esta pujante pero deprimida zona. Habría que incluir un gran parqueadero subterráneo  (porque no es posible desterrar este estilo de vida moderno). El Centro Comercial Anarcos quedaría mejor ubicado, por su contenido y calidad de ventas, en la Galería La  Esmeralda, la cual se podría adicionar  a la  galería Las Palmas, ampliada y mejorada. Por su  envergadura,  este proyecto debe perfilarse  a largo plazo. Sería uno de los caminos para restituir  la grandeza del Centro Histórico como punto gravitacional de Popayán, epicentro de la administración, la cultura y la inteligencia.

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