Archivo recuperado. 13 de septiembre de 2012
Se
podrá llegar a un acuerdo legal, pero el desasociego continuará en
muchos corazones. Olvidar, Perdonar y Reconciliación son actos
difíciles para quienes han recibido daño. El mal ya fue causado y nada
lo reparará. El proceso de paz sólo sirve para evitar más golpes brutales.
Los ofendidos podrían buscar venganza, si está en su poder, o se
resignarán al dolor y la impotencia; aquellos que profesan alguna fe
dejarán su causa en manos divinas. La cotidianidad nos
demuestra, en faltas menores, que el orgunllo y la ironía son soberbios
y no hacen caso de circunstancias. ¿Cómo será cuando hay sangre de
por medio? Se han visto familias destruirse, de uno en uno. Desafortunadamente, la memoria no puede formatearse, ni siquiera en dos generaciones. Por
fortuna existe la creencia religiosa que ayuda a mitigar las
aflicciones, al meditar en el misterio de los designios divinos sobre el
pecado, el sacrificio y la redención (concedo) ¿Por qué
hemos de quitar este bálsamo a la doliente humanidad? La paz es del
orden de la ley contra la arbitrariedad de los seres humanos. Sus
efectos son colectivos. Pero, las leyes no alcanzan a mitigar el drama y el sufrimiento de cada ser humano, cuando se han roto los lazos afectivos.
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