miércoles, 19 de diciembre de 2012

Archivo recuperado. 21 de noviembre de 2012 

Apreciado Omar: me interesa conocer su opinión, que es muy autorizada, acerca del quehacer que vive en nuestrro medio la CULTURA.  Es decir, qué dice usted acerca de quienes están al frente de los órganos que dirigen la actividad cultural; si poseen ellos buen criterio para gestionar e impulgar a los artistas, a los pintores, a los escritores, a los músicos, a los poetas.  Oigo, con alguna frecuencia, decir que los llamados -y algunos mal llamados- gestores culturales no cumplen su papel para que todo lo que atañe a las expresiones culturales sea situado en el lugar y niveles que le corresponden.  ¿Usted qué expresa a este respecto?

En cuanto a sus inquietudes, estimado Julio César, nos hayamos frente a tres problemas: el presupuestal, el burocrático y el relacionado con la mentalidad local. De los tres el último es determinante, porque se peca de una pobreza y una estrechez que lindan en la ignorancia, donde sólo hay cabida para lo tradicional, lo folclórico, lo histórico y la grandilocuencia. No se miran otras dimensiones del arte arte, como la narrativa, el ensayo, el videoarte, el cine, la pintura, etc., invirtiendo en la formación de talento, en convocatorias de concursos, exposiciones, becas de trabajo y otros reconocimientos, avalados por un rublo económico significativo. Lo cierto es que  aquí en Popayán los creadores son los desconocidos del presente.

Respecto a personas, a la cabeza de la gestión cultural, no soy optimista; quizá dé igual cambiarlas, porque el modelo tiende a repetirse. El nivel cultural que caracteriza a la ciudadanía, actualmente, es bajo, debido a los muchos años de postración. Para comenzar habría que crear una Secretaria de Cultura independiente de la Secretaria de Educación, con presupuesto propio y autonomía de gestión, capaz de foguearse en proyectos a nivel nacional y orientada a incentivar la  vocación cultural de Popayán y el cauca. Me preocupa primordialemente el alma o el espíritu  de la ciudadanía antes que la cultura como espectáculo de ocasión, igual que me interesa el deporte como práctica social cotidiana o la gastronomía como preocupación constante. Pienso que LA ESTRATEGIA DE LOS PROCESOS es el camino indicado para transformar a cualquier sociedad.

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