miércoles, 19 de diciembre de 2012

Archivo recuperado. 1 de noviembre de 2012

Un S.O.S. agónico ante Popayán, Colombia y el Mundo

Su construcción se inició en 1928, bajo influencia de la arquitectura francesa, a través de la cual se introdujeron al país nuevas ideas sobre la construcción de templos, usando cemento y hormigón armado. De este modo llegó el modernismo arquitectónico a Colombia. En la arquitectura religiosa de la era republicana se impuso el estilo neogótico, uno de cuyos ejemplos lo constituye  la Capilla Nuestra Señora de la Merced en Popayán, caracterizado  por formas puntiagudas, arcos ojivales, columnas corintias y vitrales que narran misterios. Laa obra arquitecónica más grandiosa, correspondiente a este estilo, es quizás la catedral de Colonia en Alemania.  Su disposición espacial consta de tres naves, una central y dos laterales. El altar se ubica hacia el oriente, acorde con la disposición del Concilio de Trento. En el extremo opuesto al altar, a media altura, se construyó una terraza, a todo  lo ancho de las tres naves, con balcón, para la ubicación del coro y del órgano tubular o armonio.

Sus antecedentes históricos más notables son los siguientes. En el siglo XVIII llegaron a Popayán los Hermanos Camilos de procedencia española, invitados por el obispado. Los Camilos fundaron el Colegio del Sr. San José de la Buena Muerte en 1766 y construyeron una capilla de estilo colonial a mediados del S. XVIII que subsistió hasta 1950 aproximadamente. Los Camilos se dedicaron a la caridad cristiana, asistiendo a los moribundos, para su bien morir, bajo la concepción de la muerte como segundo nacimiento. En 1821 Los Camilos fueron expulsados de la Nueva Granada por haberse aliado a la causa realista. Sus libros pasaron a custodia de la Universidad del Cauca. En ellos registraron minuciosamente sus actividades de claustro y los oficios mortuorios de la feligresía, consignando en ellos, además, los efectos de algunas epidemias como la viruela. El seminario pasó a la dirección de los Hermanos Maristas, procedentes de Francia, en el año 1889, por disposición del Concilio de Trento. En 1912 compraron la propiedad y construyeron, a partir de 1928, la Capilla neogótica Nuestra Señora de la Merced que subsiste hasta hoy, aunque averiada por el terremoto de 1983, sin haberse  iniciado todavía su recostrucción.

Después del terremoto de 1983 la capilla quedó en pie, algo averiada, pero sin sufrir daños estructurales en cuanto a cimientos, muros y cubierta. El deterioro y algún desmantelamiento posterior es el resultado de su abandono. Actulmente requiede de modo urgente la restauración del techo. Por fortuna, la estructura de la capilla parece estar intacta, aunque amenaza ruina de no actuar a tiempo. Fue oportuno el haber enguacado la vidriería original y el piso, traídos de Francia. Han transcurrido veintinueve años de negligencia imperdonable, tratándose de un monumento de incalculable valor, no sólo religioso, sino histórico y cultural, siendo la única reliquia neogótica que queda en Popayán. La primera sensación que se experimenta al ingresar a la hermosa capilla son las ganas de llorar, por la emoción que embarga y la amenaza de ruina inminente. Sin embargo, aún es tiempo de meterle mano, pero ¡ya!

Parte del edificio Villamarista con su capilla es propiedad actual del Seguro Social, la otra pertenece al Ministerio de Justicia y lleva por nombre Palacio Luis Carlos Pérez. La Unidad de Gestión Urbanística de San Camilo (UGU) espera recuperar este bien patrimonial para beneficio de la comunidad, con la ayuda del Estado y El Ministerio de Cultura, y la participación de la comunidad, mediante la herramienta legal PEMP (Plan Especial de Manejo y Protección del Sector Histórico), Resolución de noviembre de 2009, publicado en el Diario Oficial en abril de 2010. A través de esta gestión la UGU de San Camilo se propone dinamizar la comunidad en torno a la educación, la cultura, la recreación y el bienestar material de sus habitantes; en espcial creando vínculos de convivencia y lazos de pertenencia a través del rescate de la memoria colectiva en cuanto imaginario, tradiciones, usos y costumbres de sus pobladores, como también propiciando oportunidades de creatividad para las nuevas generaciones a través del teatro y las diversas formas de expresión artística.

Fuente de datos: Guía del historiador Oscar Esteban Hernández, director del museo Negret.



Historiador Oscar Esteban Hernández-Guía







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