Recientemente le escuché decir al expresidente Álvaro Uribe Vélez en
programa de televisión, refiriéndose a la administración distrital de
Gustavo Petro: "La política no debe ocuparse de PROYECTOS RATONESCOS,
sino de ALTOS INTERESES". Los pobres y excluidos, en este caso, son los
ratones, a quienes sólo hay que darles algo de grano (es decir, subsidios
de mendigo como los que él creó para asegurar su reelección). En
cambio, los "altos intereses" son los proyectos de beneficio al gran
capital.
POR LOS POBRES SE INTERESAN: Las Religiones, para
salvar su alma y aconductarlos a través de la resignación; los
Políticos, para arrebatarles su voluntad, quitándoles el voto; Los
Delincuentes para engancharlos en bandas criminales; los Paramilitares,
para incorporarlos en sus filas; los Narcotraficantes, para usarlos de
"mulas" y peones en el negocio de las droga; las Fuerzas militares, en
algún momento, como trofeos de “falsos positivos”; los Comerciantes
mayoristas, para lanzarlos a las calles como vendedores ambulantes;
otros los disfrazan de mendigos; finalmente, también, la Izquierda
Revolucionaria los arma para una liberación que nunca llega. Las
Iglesias los alienan en busca del Diezmo; los Exitólogos les "venden"
una felicidad postiza; los Patrones y Empresarios explotan su fuerza de
trabajo con salarios infrahumanos; la criminalidad les pinta un
enriquecimiento fácil; el Estado los incorpora de policías y soldados;
la Derecha los viste de paramilitares, la Izquierda, de guerrilleros, y
las Bacrim, de sicarios. En todos los casos los menosprecian, los
utilizan como medios o "carne de cañón" en las confrontaciones
militares.
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