domingo, 17 de febrero de 2013

Popayán hoy (Entrega 55) POPAYÁN NO ES LA CIUDAD CULTA

EL TEMA CULTURA EN LA POPAYÁN ACTUAL ES NUESTRA MÁCARA, PORQUE LA VIDA COTIDIANA, POLÍTICA, SOCIAL, EDUCATIVA, URBANÍSTICA Y ECONÓMICA VA EN CONTRAVÍA, TOTALMENTE, DE UNAS SUPUESTAS DIRECTRICES CULTURALES.

Ciertamente lo de Ciudad culta, ha sido el resultado de una manipulación histórica, con base en algunos pocos rasgos aislados, asimilados por el conglomerado  general que por ignorancia se ha creído el cuento, tanto entre locales como foráneos.

NO SOMOS CIUDAD CULTA, porque la cultura como postura identitaria pluralista, creativa, espiritual, intelectual, educativa, ciudadana, etc. no es parte de nuestra cotidianidad.

NO SOMOS CIUDAD UNIVERSITARIA, porque las universidades no afectan a la ciudad positivamente, a parte del natural intercambio de servicios económicos; son centros meramente instruccionales que no forman sujetos para enriquecer a la sociedad en valores; explicable desde cuando  se modificó el régimen educativo a profesores de cátedra sin formación docente, entendiendo ésta como destrezas pedagógicas y acerbo filosófico encaminado a redireccionar la vida social. Es corriente oír decir que el profesional que no consigue trabajo en su especialidad se convierte en docente. Sin duda hay más oferta universitaria pero como negocio. Aun nuestra principal universidad, La Universidad del Cauca, ha sido permeada por el estigma de las “universidades de garaje”, debido a su proletarización económica.

NO SOMOS CIUDAD TURÍSTICA, a pesar de contar con uno de los patrimonios históricos y ecológicos más grandes de Colombia. Ni conservamos  bien lo que poseemos ni lo ofertamos como bien turístico. Tampoco nos preocupamos por crear la infraestructura que permita aprovechar esta posibilidad económica de progreso  y bienestar para el departamento del Cauca.

NO SOMOS CIUDAD RELIGIOSA, aunque tenemos el Centro Histórico, quizá, con mayor concentración de templos antiquísimos. La Semana Santa que podrían poner de ejemplo para controvertir esa tesis, es parte de una tradición sociocultural que se valora en función de la antigüedad de las reliquias. El marketing religioso ha desaprovechado sus íconos milagrosos: El Santo Eccehomo, El niño Jesús de Praga, La virgen de Párraga, La Santa de Piendamó, Toribio Maya, etc.

NI SOMOS CIUDAD LITERARIA. Quizá estén los temas, pero no los escritores, porque la ciudad no los promueve. No hay convocatorias al respecto, ni para poetas ni para narradores y ensayistas. POR LO QUE ESTA CIUDAD NO SE PIENSA A SI MISMA,  NO REELABORA SU IMAGINARIO,  NO EXORCIZA LAS FUERZAS NEGATIVAS DE SU INCONSCIENTE COLECTIVO.

QUIZÁS LLEGUEMOS A SER HOY CIUDAD ARTESANAL POR LA OCUPACIÓN EN ESTE RAMO DE GRAN PARTE DE NUESTRA POBLACIÓN Y  EL IMPULSO A LA MICROEMPRESA EN ESTE CAMPO POR ENTIDADES COMO EL SENA.

La diferencia entre el Popayán de ayer y el de hoy que encubre el imaginario tradicional, visibilizando nuestras vergüenzas está en que ese Popayán que habitamos hace algún tiempo, siendo muy jóvenes, alimentados por nuestras fantasías académicas, era una ciudad pequeña con una élite relativamente fuerte y acomodada con privilegios de educarse en la universidad del Cauca, fuera de Popayán o del País, enclavada en el poder, los bancos y el comercio exclusivo, formada históricamente en la Urbanidad de Carreño y el Catecismo, emparentada por relaciones de conveniencia y prestigio. Esa Popayán nos creó una idea falsa de cultura. En verdad era un asunto social reforzado a través de lo que se podría llamar islotes de conocimiento. Han hecho un buen trabajo de Marketing histórico. Sin duda este fue el modelo de sociedad culta del siglo XIX y comienzos del XX. El problema está en que ese modelo se estacionó aquí, deviniendo en caricatura. En consonancia con ese modelo hemos vivido hasta el presente. No se efectuó la transición a la modernidad, que, tal vez, hubiera hecho manejable, en términos de "racionalidad social", la revoltura actual de la posmodernidad, que nos ha retrotraído a la condición provinciana de pueblo, en toda la plenitud del significado. Ahora aparecemos como los subdesarrollados de la civilización en manos del comercio chino, el cual nos está colonizando por completo.

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