Allí formamos el buen gusto en el cine y el teatro. Antes del
terremoto hubo más actividad cultural en Popayán que ahora. El Cine Club
tenía una presencia notable. Recuerdo el del área cultural del Banco
del Estado, promovido por la Alianza Colombo francesa y dirigido por
Herbe Janine, francés, profesor de lingüística. El del Teatro Bolívar,
impulsado por Guillermo Pérez y Raul Ordóñez (de fuerte formación
cinematográfica), era mucho más amplio. Proyectaba películas en blanco y
negro, cine mudo, temático, político, artístico, testimonial, erótico
etc. Para dar algunos ejemplos: El acorazado Potemkin (Serguéi M. Eisenstein), Tiempos modernos (Charles Chaplin), La noche de los lápices-sobre la dictadura militar argentina (Héctor Olivera ), El último tango en París (Bernardo Bertolucci), Nueve semanas y media (Adrian Lyne ), Saló 120 días de Sodoma (Pier Paolo Pasolini ), Zabriskie Point (Michelangelo Antonioni ), Moulin Rouge (Michelangelo Antonioni ), El imperio de los sentidos (Nagisa Oshima), El extranjero-Albert Camus (Luchino Visconti ), Psicosis (Alfred Hitchcock), Marcando Calavera (de nuestro director local, Nelson Fredy Osorio), Crisálida (Guillermo Pérez y Lisandro Duque), y un larguísimo etc. Entre las últimas proyecciones que vimos figura el video arte, nueva expresión audiovisual, que desafortunadamente no ha tenido mucha continuidad en la ciudad.
ESTE TEATRO DEBERÍA ENTREGARSE EN COMODATO A LA UNIVERSIDAD DEL
CAUCA, NO PARA CEREMONIA DE GRADOS, SINO PARA USO DE CINECLUBES Y
COMPAÑÍAS TEATRALES, QUE LE HAGAN CONTRAPESO AL CINE COMERCIAL Y A LOS CUENTACHISTES
DEL TEATRO MUNICIPAL Y AL FOLCLORISMO QUE COPA TODOS LOS ESPACIOS. HAY
QUE DARLE VITALIDAD A ESTE EMBLEMÁTICO LUGAR. ESA ENERGÍA Y EMPUJE LA
TIENEN LOS ESTUDIANTES. VOTO POR ELLO CONTRA LAS “FUNDACIONES MUERTAS”.
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