miércoles, 10 de septiembre de 2014

“SANTO GRIAL”, NECECIDAD Y REBELDÍA

El "SANTO GRIAL" no puede descubrirse ni manifestar su contenido, porque pertenece a la ficción religiosa, con el fin de otorgar sentido al mundo, del cual éste carece, siendo gobernado por la CIEGA NECESIDAD. La humanidad podría desaparecer y la tierra seguiría existiendo, si es que, acaso, no la destruye una colisión planetaria.

La NECESIDAD en el mundo físico se expresa a través de leyes cuantificables matemáticamente; en cambio en el mundo humano la necesidad es arbitraria y conduce a la TRAGEDIA; lo ha dicho G. Steiner: "la necesidad es ciega y el encuentro del hombre con ella le despojará de sus ojos, tanto en Tebas como en Gaza". Las leyes humanas no bastan para conjurarla.

El sentido del mundo fue ideado primero por la Magia, la Mitología y la Religión, siguiendo modelos humanos, ya sea el tribal, el de amo y esclavo o el de la familia. Luego aparece la Filosofía, centrada en la Razón y con ella el Derecho. Modernamente el "Cuidado de sí mismo" se transfirió de la religión a la exitología personal. Sin embargo, todos ellos son apenas paliativos que intentan domeñar una Voluntad cada vez menos dócil, en el juego de poder y dominación de los más fuertes, que remplazaron las armas del campo de batalla por el Orden Civil, con leyes y represión. Así se organizaron tribunales, cárceles y fuerzas armadas. Sin embargo, ello no ha sido suficiente para alcanzar la "Paz perpetua", porque la NECESIDAD, tanto material como aquella relacionada con la inconformidad del Ser, desata comportamientos arbitrarios que pueden expresarse con violencia; entonces, se roba, se viola y se mata. La REBELDIA es el rostro de esa necesidad, cuya existencia agazapada se despierta, pronta a saltar en cualquier momento, si no encuentra su acomodo.

En el pasado, la concepción sagrada del mundo, la bondad, el altruismo, la civilidad y la solidaridad, eran fundamento de auténticas comunidades; hoy estos valores son de apariencia; figuran en el cálculo de los comportamientos, más allá de los cuales solo cuenta la afirmación personal por el medio que sea y pasando por encima de quien se tenga que pasar. Sin duda hay excepciones de "santidad" (profesión, también, libremente elegida).

Sin embargo, tampoco se puede ser depredador absoluto, porque va en contra de toda mínima sociedad; no obstante es común hoy la desconfianza hacia "el extraño", a pesar de que viva cerca. Los valores universales, tan apreciados en otra época de religiosidad ecuménica o de humanidad ilustrada hoy nos des-adaptan en un mundo superpoblado, terriblemente competitivo, egoísta y consumista, en el cual PARA TENER CHANCE Y NO PASAR POR INGENUOS HAY QUE IGUALAR EL PENSAMIENTO CON LA REALIDAD.

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