viernes, 5 de septiembre de 2014

El decir, el hacer y la eticidad

Es común en las conversaciones cotidianas presumir de sabios, críticos públicos y jueces severos. Vale la pena preguntarse: ¿Realmente lo haríamos mejor, tendríamos éxito y nos comportaríamos de acuerdo con los valores éticos que pregonamos? Difícil cuestión, tratándose de una sociedad y un sistema político complejos, en los que predominan la ignorancia, la ineficiencia, los malos hábitos, los intereses particulares, las presiones, los enredos administrativos y otras malas costumbres. OLVIDAMOS ÉSTO CUANDO ELEGIMOS, GUIÁNDONOS POR APARIENCIAS Y PROMESAS QUE NO SE SUSTENTAN, CON BASE EN EL CÓMO, EL CON QUÉ Y EL CUÁNDO.

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