viernes, 14 de marzo de 2014

LA CAL, ALGUNOS HUECOS TAPADOS, EL LUSTRE DE LOS PASOS Y LA ELEGANCIA DE SUS CARGUEROS Y PADRINOS NO LOGRARÁN DISIMULAR NUESTRAS MISERIAS COTIDIANAS - Crónica ( Ilustraciones fotográficas: 




1- Noche de farra. Viernes 12 P.M.


2- Huella de la tomata callejera, con vómito incluido.


3- Basura de la juega, al otro día.


4- Empaques plásticos de droga, de dos tamaños.



5- Perspectivo de la Carrera 5 con Calle 3 al otro día de la juerga, 8 A.M.


6-  Mi "trampa de osos" y la de la ventana con malla acerada. El color rojo advierte y creo que asusta un poco. Aquí sin duda hay un elemento para un cuento de terror.


7-  Ventana con malla acerada, cortante en los extremos y puntos de sujeción con nudos de alambre que lastiman a quien se recueste o intente agarrarse de los barrotes.


EN VÍSPERAS DE OTRA SEMANA SANTA EN POPAYÁN. LA CAL, ALGUNOS HUECOS TAPADOS, EL LUSTRE DE LOS PASOS Y LA ELEGANCIA DE SUS CARGUEROS Y PADRINOS NO LOGRARÁN DISIMULAR NUESTRAS MISERIAS COTIDIANAS - Crónica

POPAYÁN SANGRA POR TODOS SUS COSTADOS. SU CENTRO HISTÓRICO ESTÁ HERIDO DE MUERTE. Los residentes que aún quedamos en la Carrera 5 con Calle 3 (corazón del Centro Histórico, entre la Iglesia de Santo Domingo y la Casa Mosquera) estamos a punto de salir corriendo. 

Durante el día soportamos LA GALERÍA AMBULANTE que obstaculiza el paso del público y afea andenes y paredes. Los puestos de venta cual hiedra ahogan bellos establecimientos comerciales como Madeira. Los vendedores tienen su antigüedad, por lo que a veces defienden "su" territorio a cuchillo, aunque posean sus puestos en la galería Bolívar, no obstante salen a incrementar sus ventas. No le temen a la policía; se han acostumbrado al correteo que apenas los asusta.

De noche, el sector se transforma en punto de encuentro de bohemios, alcohólicos, bazuqueros, marihuaneros y periqueros (también asiste gente sana, pues todo no ha de ser malo). Como moscas llegan atraídos por un establecimiento nocturno con pantalla de concierto que ayuda a meter en onda a los clientes. Es un bar nuevo de no más de tres meses que sólo abre los fines de semana, de miércoles a sábado. Los clientes comienzan a ocupar la calle desde las 9 P.M., hasta la madrugada. Continuamente arriban vehículos que estacionan un rato y se van. El trago callejero, en su mayor parte proviene de un estanco-bar de la misma cuadra, a precios bajos (aguardiente, ron, whisky). Por comodidad buscan para sentarse los pórticos de las casas, donde se tejen los diálogos más bacanos, mientras el revulsivo aroma de la cannabis, el bazuco o el cigarrillo entra a las casas de habitación por las rendijas de puertas y ventanas (alguien relataba de cómo el policía bajó de la moto y lo encuelló, mientras le preguntaba por la droga; "el hijueputa me estaba ahorcando" -decía-. Una muchacha, algo ansiosa, inquiría por el lugar donde puso la perica. Un tipo algo añerao comentaba a otros que esperaba a unas "guerrilleritas" que había invitado). De pronto suele llegar alguien bulloso con los 300 decibeles de su audio. Si llueve la gente no aparece o se dispersa. Entonces, uno se dice: "esta noche será tranquila". Pues se equivoca. Cuando escampa la horda se recompone, sin importar la hora, como si allí encontraran algún "maná". No tenemos sosiego en toda la noche. Aunque los negocios cierren la gente continúa la juerga. En la madrugada, los incansables ebrios narcotizados se confunden con los pequeños grupos que salen continuamente de CORONA BAR hasta las 6 o 7 A.M. (ESTABLECIMIENTO QUE NO CUMPLE EL HORARIO DE LEY). Corona Bar es la principal cabeza de esta hidra llamada "barmanía", porque con sus cuatro salas de discoteca impuso un ambiente nocturno en el Centro Histórico. Desde entonces, esta zona está en el ojo de los empresarios de la diversión, quienes llegan aquí, atraídos por la escasa población y la poca vigilancia de la Alcaldía, que pareciera hacerse de la vista gorda (aún con respecto a la modificación de las fachadas. Basta un puente festivo para crear un nuevo local o abrir puertas y ventanas o modificarlas al antojo, donde se sabe que el P.O.T. lo prohíbe).

LOS RESIDENTES DE ESTA PARTE DE LA CIUDAD NO NOS SENTIMOS SEGUROS. Cualquier noche pueden arremeter contra nuestras puertas, como sucedió hace poco, cuando un desquiciado dañó 5 o 6 puertas con una piedra grande que lanzaba contra las hojas de madera. Los portones, algo escondidos, como el de la casa de Doña Cecilia de Mosquera, son ahora orinales nocturnos, cuyos habitantes, al otro día deben desinfectar. Un turista argentino me preguntó si el Centro era seguro. Tuve que decirle rotundamente NO. Al irnos a dormir toca taponarse los oídos hasta lo insoportable, para luego ser despertados por el tic tac del corazón que zumba en los oídos como golpes de tambor, entonces hay que aflojarlos un poco. Al otro día, se encuentra de todo en la calle: botellas quebradas, papeletas de droga vacías (me las exhibió la aseadora del sector, sacándolas de entre la basura mientras decía: "esta calle es horrible"), también condones y hasta prendas de vestir. Me he quebrado la cabeza pensando la manera de evitar que nos ocupen la entrada (por fin encontré una solución, con malla acerada cortada en franjas, sujeta a una tablilla, que se asegura con alambre al otro lado de la puerta; sin embargo, no fue suficiente; aunque ya no se podían sentar porque se les pinchaba el trasero, se paraban sobre ella; entonces tuve que traspasarle clavos salientes en punta. Poner este artefacto y quitarlo conlleva su técnica; “una trampa de osos” lo llamó mi hijo. En las ventanas también me vi obligado a instalar algo disuasorio, aunque más discreto. 

La Policía es poco lo que puede hacer, impotente ante la acumulación de problemas sociales; se limita a venir, ver y pasar. ¿Y qué dice el P.O.T. (Plan de Ordenamiento Territorial) acerca de la instalación de Establecimientos Nocturnos en el Sector Histórico? Los prohíbe. ¿Pero quién lo hace cumplir? desde que el Señor Fredy Paz, Secretario de Gobierno de la anterior Administración del Alcalde Ramiro Navia apuntaló, contra viento y marea, a Corona Bar, propiedad cercana a una aportante electoral muy significativa del gremio de transportadores. Sin embargo, el asunto se remonta más atrás, a la Alcaldía de Víctor Ramírez, quien terminó cediendo ante los empresarios nocturnos del Sector histórico respecto a la polémica de la coexistencia de bares-iglesias y centros educativos. ¿Acaso no es el mismo quien después sería comidilla en boca de muchos, AL PARECER, al parecer, por haber invertido sus ahorros de la Alcaldía en un moderno complejo MOTELero? (ocurrencia mal vista, porque involucra comercio sexual ¿o no?)

TODO SE AGRAVÓ CON LA LEGALIZACIÓN DE LA DOSIS MÍNIMA DE DROGA, que transformó el consumo privado en consumo público. Con lo cual se ha ido perdiendo la vergüenza de ser consumidor.

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