martes, 25 de febrero de 2014

Pensamiento crítico. Venezuela cruda hora para hacer balance

Partamos planteando una pregunta sintomática:

¿Qué países de izquierda han alcanzado un desarrollo económico, científico y de bienestar integral significativo, tanto en el pasado como en el presente? Conocemos el descalabro de la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas), las atrocidades de la Revolución Cultural China y su evolución a dictadura capitalista en la actualidad; nadie puede negar el subdesarrollo cubano, argentino, nicaragüense y venezolano, etc. También somos testigos en Colombia de las confrontaciones negativas para el conglomerado general de la Administración Petro, bien intencionada, pero equivocada en sus métodos.

por lo acontecido en otros países, tanto en el pasado como en el presente, el socialismo no es una opción válida, menos en la actualidad, de alta competencia en todos los campos, cuando urge el estímulo y la libre iniciativa personal. Del mismo modo que el Catolicismo enerva el espíritu emprendedor, por su prédica de la pobreza, también las doctrinas populistas y socialistas, desafortunadamente, en la práctica, hipotecan la libertad y la voluntad de los ciudadanos, convirtiéndolos en ejército fanático del Estado, a la manera latinoamericana, muy diferente de la Social Democracia europea. Es el regreso al Estado omnipotente que lo controla todo, al Leviatán de Hobbes. LO GRAVE ES QUE TAL SACRIFICIO DE LA LIBERTAD NO SIRVE, NI HA SERVIDO NUNCA, PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LA POBREZA Y EL SUBDESARROLLO; NO PROMUEVE EL PROGRESO MATERIAL Y CIENTÍFICO DE LA SOCIEDAD.

Lo más grave es la polarización social a que conducen, desafortunadamene, los regímenes socialistas, donde sólo cabe EL UNANIMISMO DE ESTADO, su ejército y una población uniformada sin voluntad propia, atenta a lo que el líder mande, a cambio del sustento básico, negando los otros bienes espirituales (lo más importante) como la libre empresa, el ensayo, el error, la posibilidad de contradicción, el pensar diferente, el periodismo; aún la ciencia y la tecnología, que son incapaces de producir, porque viven postrados en el atrazo.

Después de hacer un balance histórico de los gobiernos de izquierda, se nos impone la siguiente conclusión: LA IZQUIERDA MARXISTA PARECE UN LASTRE DEL SUBDESARROLLO. Y no veo cómo sea posible inyectarle un elemento dinámico para que pueda hacerle frente a la eficiencia capitalista, basada en la libertad y el pluralismo. Porque, en este caso, el corazón dinámico está en los individuos. En el otro modelo, por el contrario, el protagonismo lo asume el Estado en detrimento de la voluntad autónoma de los individuos, neutralizando el esfuerzo, la creatividad y el emprendimiento, condiciones importantísimas que empujan a los sujetos sociales hacia el progreso.

El Comunismo, Socialismo o simplemente Izquierda, quiso sustituir al Cristianismo en la búsqueda del “Paraíso terrenal”; hace parte de la utopías del siglo XIX. Al igual que la Fe sostiene al católico, también la fe apuntala al marxista. Con la diferencia de que el catolicismo ya abandonó el fundamentalismo, la izquierda aún no, a pesar del stalinismo y el fracaso de su modelo social y económico.

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