jueves, 8 de noviembre de 2012

Archivo recuperado 19 de mayo de 2012

Apareció el No. 18 de la gaceta ACEpalabra, abril 2012 (órgano de difusión de la Asociación Caucana de Escritores). Esta vez en homenaje a Popayán. Reune piezas de algunos poetas históricos de la región y, también, de los actuales integrantes de la ACE. La muestra carece de prólogo porque, a parte de las buenas pinceladas de Julio César Espinosa, no hay en la agremiación estudiosos, a la manera de Felipe García Quintero, capaces de esbozar un ensayo penetrante. Por lo tanto, se trata de poemas sueltos, revueltos en el tiempo, antiguo y presente. Curiosamente participan de una homogeneidad temporal que no incursiona más allá de la nostalgia. Sin embargo, destaco la presencia de Tito C., auténtico poeta popular, a quien puse en la escena editorial a través de mi ensayo La nueva poesía en la crisis de la ciudad letrada (Popayán, 2006), concediéndole un puesto importante en la tradición poética actual. También resalto la resonancia del título de la novela de Johann Rodríguez Bravo, Ciudad de niebla (Axis Mundi,Popayán,2006), en el poemita La niebla. Casi en su totalidad los poetas seleccionados reproducen inocentemente el imaginario tradicional, sin dar nuevo alimento a una sociedad distinta que hoy carece de cimientos. No enriquecen la cosmivisión estética con nuevas miradas; cito otros referentes: G. Quessep, E. Carranza, G. Wilches *, H. Ayala**, sin hurgar en los nuevos poetas locales. La omisión se entiende por obvias razones: Ellos no pertenecen a la ACE, la cual, por demás tampoco representa a los escritores de Popayán, y menos aún a los del Cauca, ni por vocación de servicio ni por difusión. Aquellos escritores desconocidos del Cauca, que según las cuentas de Marco Valencia Calle suman 185, a pesar de lo cual no somos ni siquiera la Atenas del Sur, ellos, digo, pertenecen al limbo de la literatura caucana.

Con el respeto de cortesía hacia la ACE, cuyos miembros son de mis afectos no exagero al decir que éstos se cuentan con los dedos de la mano. Y así como los editores del bicentenario aprovecharon la oportunidad para publicar sus libros, también los escritores de la ACE promocionan su nombre a través de la gaceta ACEpalabra. Pueden argüir que están en su derecho, sin embargo abusan y distorsionan la opinión pública y la del estamento gubernamental al tomar el nombre de una colectividad tan amplia como la ASOCIACION CAUCANA DE ESCRITORES, que presupone una constelación amplísima de autores. Podrían nombrarse, por ejemplo, ASOCIACIÓN DE ESCRITORES DE LA TERTULIA PAYANESA; quedando el perfil a la medida de su gestión y vuelo literario. A diferencia de la revista Ophelia que sí formó escuela literaria en Popayán, mediante un diálogo universal y local con la poesía, ACEpalabra es apenas un eco longevo de la tertulia popular, loable por demás, pero en justa proporcion. En la práctica, NI LA ACE ES EL CAUCA, NI LA ACE ES POPAYÁN. Éste es un síntoma del síndrome de centralidad histórica, según la cual se considera a Popayán como si fuera todo el Cauca, del mismo modo que se percibe a su Centro Histórico como si fuera todo Popayán; prejuicio éste de enormes alcances que ha perjudicado al departamento y a la periferia de la ciudad.

*CANTO A POPAYÁN – Gustavo Wilches

Popayán / es una tía /venida a menos // La que cuando joven / le robara risa y corazón / a los galanes // La que tuvo / dientes más blancos / voz más dulce / trajes más costosos // La que arrancó / suspiros más largos / y versos más pulidos / a los bardos / Es esa tía / venida a menos / que pasa hambres / y reza el rosario / en camándula de plata / Que sabe tres idiomas / ( Inglés de Inglaterra / latín y un poco de frances) / y más historia de Colombia / que todos los libros / y las academias // Que no le tiene miedo / al M-19 / porque conoció / las primeras ediciones / de Voltaire / y de Rousseau / personalmente / y tiene en su casa / la mejor música / las óperas más clásicas / en discos / que no se pueden oir / en los equipos de sonido // Popayán es la tía vieja / que no se quiso ir a vivir / a Bogotá / con los sobrinos / por miedo a los semáforos / y los divorcios / y a los ascensores // Yo te quiero así / noble tía / venida a menos: / te quiero así / y me gustas más / que las sardinas / con sus novios politéctnicos / y sus anticonceptivos. (Llama de piedra. Felipe García Quintero, Axis Mundi, Popayán, 2010)

**POPAYÁN AYER – Horacio Ayala

Calles de mi ciudad, esquinas / de un laberinto en la memoria, / amados rostros que se incendian / en el fuego de los atardeceres. // Eres una herida honda, la invocación / de una dicha muy antigua / de desesperados pasos del amor perdido, / de una leve gracia que sostiene y cuida / en medio del tiempo marchito. // Esplendoroso ayer de alado corazón, / cámara hechizada de las fábulas / de dragones y doncellas, / ciudad de piedra, / pequeño paraíso del sur, / tan lejano ya, tan distante.

*** Anónimo de un residente payanés - preterremoto

Este lugar fue un paraíso. En sus calles aún permanecía la magia de otro tiempo. El lento discurrir de la vida mostraba sutiles tesoros y la cultura florecía como agua de manantial. A la vuelta de cada esquina había un asombro, y ¡ese cielo! al alcance de las manos, y ¡esa luz! sobre la cal de las paredes. Muchos soñaban con esta tierra y su universidad de arquitectura antigua. Allí, el tiempo se había detenido y sus estudiantes éramos modernos caballeros andantes que desafiábamos la oscuridad. Todo cambió con la llegada de los forasteros. Dos lustros bastaron para que la arkadia fuera sólo un recuerdo.- (Fragmento del Cuento Desaparecidas).


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