miércoles, 13 de enero de 2016

Nos estamos volviendo nostálgicos amigo Diego, entreverando juicios de valor en el análisis. Los mitos siempre pusieron la Edad Dorada atrás, como efecto , sin duda,  de nuestros mejores años.

No sé si la Universidad del Cauca alguna vez "fue", respecto a reivindicaciones y beneficios colectivos, regionales y marginales, aparte del trabajo de campo de Antropología en las comunidades indígenas, a la vez su laboratorio social y político.

Hasta  la  Constitución de 1991 las universisades públicas eran espacios de privilegio donde se reproducía y distribuía el conocimiento encaminado a fortalecer el orden  vigente. En general, la educación apenas satisfacía las demandas de los sectores sociales dominantes que conformaban la llamada "sociedad letrada", sin desconocer que  también era la mejor oportunidad de movilidad y ascenso social para quienes carecían de otros medios. Por supuesto que en ella se debatieron las contradicciones sociales en la medida en que  nuevas ideas llegaban de los principales centros intelectuales del mundo  y se conocían distintas experiencias políticas; porque, hay que reconocerlo, siempre estuvimos a la deriva, a merced de lo que ocurriera en otros lados; cada vez que llegaba algo nuevo lo repetíamos, fuimos un país de modas discursivas; hasta los escarseos revolucionarios pertenecían más al orden del discurso que de la realidad, con pocas situaciones revolucionarias que no trascendieron. Porque no superamos el bandolerismo agrario ni las audacias del M 19 ni otros populismos urbanos.  (he ahí un tema sociológico por explicar).

Los temas centrales de las reivindicaciones en la educación pública colombiana se reducían a cuatro principales: la financiación, los salarios, la privatización y el control. Al final, quien terminaba beneficiándose de los conflictos era el gremio profesoral, que más que comunidades del conocimiento suelen ser comunidedes de sueldos,  mientras los estudiantes ponían el pecho en los mitines y manifestaciones ( Un dato por el cual podemos estar agradecidos: en la época que añora Diego una carrera se hacía en 7  o más años, por cancelación de semestres o la mediocridad en la formación que se topaba con la irrevazable Tesis.) 

La privatización, caballo de batalla de los estudiantes, sólo afectaba a los estratos con capacidad económica (¿justo o no?). Me pregunto ¿para quién ha de ser gratuita la educación?  Un modelo justo debe tener en cuenta, también, la desigualdad social y económica. De llegar a ser  complétamente gratuita la educación hay que pensar en la manera de compensar  a la sociedad, porque no es congruente una educación gratuita con la explotación privada de las profesiones.

Esa universidad pública en la que se "debatía", siguiendo los lineamientos de la Ilustración, abanderados en una supuesta razón universal, obtenía también sus dividendos de poder, fortalecidos en unas trincheras casi inexpugnables, como lo eran las universidades públicas, porque en ellas tuvo la izquierda, como "pequeña burguesía" ilustrada, su plena realización, instalada en el "metarrelato". Hoy esa silla se ha movido, y se requieren nuevas elaboraciones, en la ya casi invisibilidad del sujeto discursivo (circunstancia que refuerza la nostalgia de Diego), desde cuando entró en crisis la Representación como paradigma de la modernidad que propiciaba el surgimiento de Mesías salvadores.

EL CAMBIO HAY QUE ENTENDERLO EN UN CONTEXTO MACROSOCIOLÓGICO, el de los servicios masificados, donde cualquier  sistema puede colapsar: la salud, la educación, las pensiones, los subsisios, etc. Por cierto, el mercado hizo colapsar  el modelo contestario de la Universidad pública, a la vez que la condujo a  revaluarse.

Quizá hoy nuestra Universidad del Cauca no sea tan "discursiva" y elitista pero "parece"  estar respondiendo de alguna manera a las demandas de la época, sin librarse, también, de los males de la época: contratación temporal, exceso de carga académica, exigencia de resultados,etc.

Ya no hay tiempo para el solaz contemplativo y las pausas de una vida intelectual sin afanes. Esta aceleración no es del agrado de quienes se acostumbraron a buenos sueldos con prestaciones, a Comisiones de estudios y a la "plena" liberad laboral (privilegio de pocos).

0 comentarios:

Publicar un comentario