1-Luciano Rivera (Email):
"La gente de izquierda desea vivir en una sociedad sin antibióticos, sin Coca-Cola, sin lavadora, sin nevera, sin agua potable, sin luz, sin vacunas, sin carro, sin aviones, sin gas, sin estufa, sin condones y sin Viagra."
MI RESPUESTA:
Continúan en el país utópico de nunca jamás.
2- Luciano Rivera (Email):
"Suscribo todo lo que le planteaste a esta señorita. La gente de izquierda se parece a esas señoras paisas que le metieron en la cabeza a las hijas un modelo de hombre, una suerte de príncipe azul. Esas niñas llegaron a los veinte años y no lo encontraron, llegaron a los treinta y tampoco lo encontraron, llegaron a los cuarenta y lo siguieron buscando y cuando llegaron a los cincuenta, comprendieron tardíamente que ese príncipe azul no existe. Así son los izquierdosos. Nunca llegaron a la madurez. Se quedaron siempre en la adolescencia buscando lo que no existe. Las sociedades perfectas no existen. Y la persona adulta cuando se casa, sabe que su dama no es la princesa del famoso poema de Rubén Darío, Sonatina. Es una mujer con virtudes y sobre todo con defectos. El argumento se puede invertir. A nosotros los hombres también nos metieron ese modelo de mujer, que no existe y si uno no crece, no rompe con ese modelo ideal, pues nunca se casará y la seguirá buscando persecula seculorun", como los predicadores de izquierda.
MI RESPUESTA:
No aprendieron las lecciones del fracaso de la izquierda en la URS, en China, en Cuba, y ahora en Venezuela. Ni asimilaron el luminoso artículo de Estanislao Zuleta, el elogio de la dificultad. Tampoco entendieron a Fukuyama, en el Fin de la historia, menos los postulados de la Posmodernidad.
Ahora los academicos izquierdistas se dedican al "alternativismo", sinónimo de indigenismo, agrarismo, economía artesanal y panteismo de la Pacha mamá.
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