Popayán hoy (Entrega 59) Nuevo comentarios al texto de Don Mario Montenegro Montilla

• Don Mario: ¿Dónde he dicho que: "... según la gente de otros lares, -dice el librero de macondo-no conocen a la pequeña ciudad suramericana, que ha tenido el honor de ser reconocida por historiadores y gente culta, como “POPAYAN, CUNA DE LA HISTORIA DE COLOMBIA?..... ESTIMADO MARIO: UD. CONFUNDE, EN METÁFORA, EL CUERPO SANO CON EL DE CUIDADOS INTENSIVOS. ¡QUÉ BUENO QUE NO VEA LA ENFERMEDAD. QUIEN NIEGUE EL PESO HISTÓRICO DE POPAYÁN, ES DECIR SU PASADO GLORIOSO, ES UN NECIO. DE SEGURO QUE YO NO LO SOY. OTRA COSA MUY DISTINTA ES EL POPAYÁN DE HOY QUE, PARODIANDO A JUAN JOSÉ SAAVEDRA (quien, en frase de buen humor patojo, dijo: "Popayán fue grande cuando era chiquita") podríamos decir que ahora es "chiquita" cuando ha crecido. Tan pequeña resulta, que muchos ni siquiera notan la protuberante verdad.
  
  POPAYÁN TIENE QUE SEGUIR SIENDO LA CIUDAD CULTURAL, COMO ALGO INHERENTE A SU COTIDIANIDAD, SOCIAL, EDUCATIVA, POLÍTICA Y ECONÓMICA.
  Pregunto a los "patriotas" de Popayán, como el señor Mario Montenegro Montilla, a más de defender el legado histórico de Popayán, que yo también valoro, ¿cuál es su aporte cultural, el de Uds?. ¿De qué manera intentan mejorar, no la imagen, sino la calidad de vidad cultural de Popayán? ¿Acaso, mencionando, que Popayán tuvo, 17 (?) presidentes, al poeta Valencia, al sabio Caldas, etc.? Este no es el único camino. POPAYÁN TIENE QUE SEGUIR SIENDO LA CIUDAD CULTURAL, COMO ALGO INHERENTE A SU COTIDIANIDAD, SOCIAL, EDUCATIVA, POLÍTICA Y ECONÓMICA. Lo que yo veo, en cambio, con gran tristeza, es que esto no es así. La politiquería y el bajo perfil cultural de nuestros gobernantes ahoga y clausura la vida cultural. Por ejemplo, la Casa de la Cultura se cerró. La tertulia universitaria en torno a la librería y al café de la Casa Caldas, también se liquidó. ¿Les pregunto, ¿dónde se reunen Uds. a hacer vida cultural? ¿Solamente en Facebook? ¿Existe en Popayán, un gran centro cultural, con biblioteca, cafés, salas de exposición, teatro, etc.? Podría estar situarse en la zona del antiguo teatro Anarkos. Entonces, lo que ocurre hoy en Popayán es que la cultura no respira. En consecuencia, ¿cómo poder hablar HOY, de Popayán ciudad culta?
  
  SEÑOR MARIO MONTENEGRO MONTILLA: PRIMERO DEBE ACLARARSE A SI MISMO ALGUNOS CONCEPTOS.
  De acuerdo con el encabezamiento de su artículo Ud. confunde varias cosas. Una de ellas, cultura no es sólo buena educación, sino, y principalmente, las obras del intelecto y la sensibilidad, como también las manifestaciones festivas y carnavalescas. POR SUPUESTO SE INCLUYE LA MUY BIEN ORGANIZADA SEMANA SANTA Y EL FESTIVAL GASTRONÓMICO.
  
  Otro aspecto. El Cauca y Popayán son parte del Estado Colombiano, donde existe la libre movilidad de los ciudadanos. Efectivamente, yo me eduqué aquí, pero Ud. desconoce lo que me esforcé para lograrlo con mi trabajo, que no me alcanzó para maestría por deberes conyugales y porque jamás utilicé a mis amigos en las universidades, ni siquiera para una mínima cátedra. El amor al conocimiento es mi estado natural, como el alimento para vivir. Para su información conozca los lugares donde trabajé: Primero, el Hotel Los Balcones, donde laboré como conserje, en horario de 7P.M. a 7A.M. Después, igual oficio en el Hotel Camino Real, de 11P. M. a 7A.M. Luego acarrié libros en una caja desde el hotel Camino Real a la facultad de humanidades, todos los días. Al cabo de un tiempo, ya con capital semilla, fundé Macondo. Si alguien conoce el esfuerzo y la superación soy yo. Mi mayor pergamino es haber nacido en una veredita, 30 kilómetros adentro del muncipio de La Unión N., donde transcurrió mi infancia con pata al suelo. Aparte de ello, pocos han contribuido tanto como yo a esta ciudad, a través de mi librería Macondo libros y tertulia, quizá su mejor librería de todos los tiempos, con reseña en el periódico Lemond (París, 1996) y con artículo en el Libro Ici Lá-Bas (Lille, Francia, 2005). Por supuesto que yo, al igual que Ud. también amo a esta ciudad; razón por la cual, con dolor, señalo sus falencias, las cuales, por lo visto, Ud. acepta sin más.
  
  En cuanto a los desplazados, la mayor parte son caucanos que acuden a su capital como a su madre y padre. ¿Quién sino ella ha de ocuparse de sus primeros auxilios? Otros le han librado de esa carga, pegando para el departamento del Valle. Por cierto no he visto en las calles de Popayán, desplazados nariñenses o limosneros; en cambio sí los veo trabajando, por ejemplo, en la calle séptima con octava, dando testimonio del lema nariñense "trabajo y honra".
  
  DON MARIO MONTENEGRO MONTILLA, AL PARECER, ES EL ÚNICO QUE ESTÁ DE ACUERDO CON LA DECADENCIA ACTUAL DE POPAYÁN. Don Mario:
  Doña Felicita Angulo, auténtica matrona de Popayán, nos extiende la bandera blanca, invitándonos a una tertulia en su casa con aroma de café. Enaltecedor gesto que recuerda las tardes sociales de la vieja Popayán con el infaltable chocolate o las terturlias itinerantes de la Tertulia Payanesa, las cálidas reuniones de la Asociación Caucana de escritores; y por qué no, también, los encuentros tinteros con don Omar en su Macondo de los Noventas, DONDE NO SOLO VENDÍA LIBROS; TAMBIÉN SE DONABA EN EL DIÁLOGO AMENO Y ENRIQUECEDOR, ENTRE ILUSIONES QUE DANZABAN EN SUS LIBROS. Todo aquello era cultura viva que desapareció con la aurora del nuevo siglo. Un abrazo. 

   

  Otra prueba más, amigo José, de la decadencia por la que atravieza hoy nuestra querida ciudad, que muchos se empecinan en no reconocer. No hay despegue por ningún lado.

  HACE MUCHO TIEMPO QUE POPAYAN Y SUS GENTES NOS VOLVIMOS INVISIBLES A LOS OJOS DEL PAÍS Y DE QUIENES TOMAN DECISIONES. (José López Hurtado, en su Facebook).

   

    Don Mario:
  Doña Felicita Angulo, auténtica matrona de Popayán, nos extiende la bandera blanca, invitándonos a una tertulia en su casa con aroma de café. Enaltecedor gesto que recuerda las tardes sociales de la vieja Popayán con el infaltable chocolate o las terturlias itinerantes de la Tertulia Payanesa, las cálidas reuniones de la Asociación Caucana de escritores; y por qué no, también, los encuentros tinteros con don Omar en su Macondo de los Noventas, DONDE NO SOLO VENDÍA LIBROS; TAMBIÉN SE DONABA EN EL DIÁLOGO AMENO Y ENRIQUECEDOR, ENTRE ILUSIONES QUE DANZABAN EN SUS LIBROS. Todo aquello era cultura viva que desapareció con la aurora del nuevo siglo. Un abrazo. Omar

   

   

  
  

  
  

  
  

  
  

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