Archivo recuperado. 1 de noviembre de 2012
Un S.O.S. agónico ante Popayán, Colombia y el Mundo
Su construcción se inició en 1928, bajo influencia de la
arquitectura francesa, a través de la cual se introdujeron al país
nuevas ideas sobre la construcción de templos, usando cemento y
hormigón armado. De este modo llegó el modernismo arquitectónico a
Colombia. En la arquitectura religiosa de la era republicana se impuso
el estilo neogótico, uno de cuyos ejemplos lo constituye la Capilla
Nuestra Señora de la Merced en Popayán, caracterizado por formas
puntiagudas, arcos ojivales, columnas corintias y vitrales que narran
misterios. Laa obra arquitecónica más grandiosa, correspondiente a este
estilo, es quizás la catedral de Colonia en Alemania. Su
disposición espacial consta de tres naves, una central y dos laterales.
El altar se ubica hacia el oriente, acorde con la disposición del
Concilio de Trento. En el extremo opuesto al altar, a media altura, se
construyó una terraza, a todo lo ancho de las tres naves, con balcón,
para la ubicación del coro y del órgano tubular o armonio.
Sus antecedentes históricos más notables son los siguientes.
En el siglo XVIII llegaron a Popayán los Hermanos Camilos de
procedencia española, invitados por el obispado. Los Camilos fundaron
el Colegio del Sr. San José de la Buena Muerte en 1766 y construyeron una capilla de estilo colonial a mediados del S. XVIII que subsistió hasta 1950 aproximadamente. Los
Camilos se dedicaron a la caridad cristiana, asistiendo a los
moribundos, para su bien morir, bajo la concepción de la muerte como
segundo nacimiento. En 1821 Los Camilos fueron expulsados de la Nueva
Granada por haberse aliado a la causa realista. Sus libros pasaron a
custodia de la Universidad del Cauca. En ellos registraron
minuciosamente sus actividades de claustro y los oficios mortuorios de
la feligresía, consignando en ellos, además, los efectos de algunas
epidemias como la viruela. El seminario pasó a la dirección de los
Hermanos Maristas, procedentes de Francia, en el año 1889, por
disposición del Concilio de Trento. En 1912 compraron la propiedad y
construyeron, a partir de 1928, la Capilla neogótica Nuestra Señora de la Merced que subsiste hasta hoy, aunque averiada por el terremoto de 1983, sin haberse iniciado todavía su recostrucción.
Después del terremoto de 1983 la capilla quedó en pie, algo
averiada, pero sin sufrir daños estructurales en cuanto a cimientos,
muros y cubierta. El deterioro y algún desmantelamiento posterior es
el resultado de su abandono. Actulmente requiede de modo urgente la
restauración del techo. Por fortuna, la estructura de la capilla
parece estar intacta, aunque amenaza ruina de no actuar a tiempo. Fue
oportuno el haber enguacado la vidriería original y el piso, traídos
de Francia. Han transcurrido veintinueve años de negligencia
imperdonable, tratándose de un monumento de incalculable valor, no
sólo religioso, sino histórico y cultural, siendo la única reliquia
neogótica que queda en Popayán. La primera sensación que se experimenta
al ingresar a la hermosa capilla son las ganas de llorar, por la
emoción que embarga y la amenaza de ruina inminente. Sin embargo, aún
es tiempo de meterle mano, pero ¡ya!
Parte del edificio Villamarista con su capilla es propiedad
actual del Seguro Social, la otra pertenece al Ministerio de Justicia y
lleva por nombre Palacio Luis Carlos Pérez. La Unidad de
Gestión Urbanística de San Camilo (UGU) espera recuperar este bien
patrimonial para beneficio de la comunidad, con la ayuda del Estado y
El Ministerio de Cultura, y la participación de la comunidad, mediante
la herramienta legal PEMP (Plan Especial de Manejo y Protección del
Sector Histórico), Resolución de noviembre de 2009, publicado en el
Diario Oficial en abril de 2010. A través de esta gestión la UGU de San
Camilo se propone dinamizar la comunidad en torno a la educación, la
cultura, la recreación y el bienestar material de sus habitantes; en
espcial creando vínculos de convivencia y lazos de pertenencia a
través del rescate de la memoria colectiva en cuanto imaginario,
tradiciones, usos y costumbres de sus pobladores, como también
propiciando oportunidades de creatividad para las nuevas generaciones a
través del teatro y las diversas formas de expresión artística.
Fuente de datos: Guía del historiador Oscar Esteban Hernández, director del museo Negret.
Historiador Oscar Esteban Hernández-Guía
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